ℙ𝕒𝕣𝕥𝕖 𝕦́𝕟𝕚𝕔𝕒

1.8K 231 67
                                    

Aún no podía creerlo, no lograba procesar que se encontraba en el velorio de la persona que alguna vez había amado con todo su ser.

Las gruesas lágrimas rodaban por sus rojas mejillas, sus manos temblaban y sus ojos se encontraban espectantes ante lo que estaba viviendo. Debía ser una broma todo aquello, pero los sollozos de las personas presentes le confirmaban que no era así, algunas eran conocidas para él y otras tantas eran totalmente desconocidas.

Entre la multitud logró divisar a Takeomi y Keizo, quienes miraban aturdidos hacia aquel féretro que contenía el cuerpo de aqueo hombre que tanto adoraba y a quién seguía fielmente. Se acercó hasta aquellos dos chicos, con su corazón latiendo a mil y sus manos temblorosas.

–Takeomi... Keizo... ¿qué está pasando?– Preguntó en un hilo de voz, mientras su vista se dirigía hacia el interior del ataúd y entonces lo vio, su cuerpo inerte con una expresión llena de completa parsimonia; dentro de esa caja de madera yacía el cuerpo de Shinichiro Sano, su ahora ex pareja.

–Él falleció, Waka, lo siento mucho.– Dijo Akashi sin rodeos, mientras colocaba su mano en la espalda del peliblanco.

–Lamentamos tu pérdida, Ima.– Habló Keizo, mientras posaba su mano en su hombro.

–¿Falleció...? Debe ser una broma.– Dijo al borde del llanto, el aire comenzaba a faltarle y su cabeza daba vueltas, sentía que en cualquier momento se desmayaría o volvería loco.

–Waka, no es una broma, míralo, él está ahí.– Señaló Takeomi, mientras veía como el albino se acercaba hasta la caja.

–Shin... Vamos, dime que todo es una broma y que estás bien... Por favor...– Dijo con la voz temblorosa y derramando gruesas gotas de agua salada.

–Ima, vamos, él no va a responder.– Dijo Keizo, apartándolo de ahí. Wakasa lo apartó con brusquedad y salió huyendo, dirigiéndose hacia el patio, la fría Briza golpeó su rostro y se dejó caer de rodillas al pavimento, gritando y llorando.

Su vista estaba borrosa, su cabeza daba mil vueltas y las náuseas inundaban su cuerpo, aquella situación estaba haciendo que todo fuera tan distorcionado para él, el sonido que lo envolvía parecía ser ahogado por lo abrumador de la situación.

El aire parecía quemar sus pulmones cada vez que trataba de tomar un poco. Su llanto era incesante al igual que los gritos que emitía en desesperación.

Lo único que deseaba y pedía al universo es que toda aquella situación agobiante fuera sólo una broma de mal gusto por parte de su pareja y amigos; no obstante, ver las reacciones tan realistas de todos y sobre todo del abuelo y hermanos de Shinichiro le hacían saber que todo era real.

[…]

Abruptamente el sonido del despertador lo hizo levantarse con rapidez. Su rostro estaba completamente empapado por el llanto y su pecho subía y bajaba rápidamente. Por inercia, dirigió su vista hacia su costado y pudo divisar a su pareja removiéndose un poco para finalmente despertar. Una pequeña sonrisa se instaló en sus labios. La paz inundó su corazón y poco a poco su respiración se estabilizó.

–Waka... ¿estás bien?– Fue lo primero que preguntó Shinichiro al ver el lloroso rostro de su pareja.

–Lo estoy.– Dijo en asentimiento el de cabellos bicolor mientras limpiaba sus lágrimas.

–Ven aquí, cuéntame qué sucedió.– Ordenó el pelinegro mientras abría sus brazos en dirección a su esposo. Porque sí, ellos dos se habían casado hacía algunos años.

Inmediatamente Wakasa se acercó hasta él y se acurrucó en su pecho, jugando con la cadena que colgaba del cuello ajeno.

–Mh... Tuve un sueño feo y triste...– Le dijo, mientras se acurrucaba aún más contra la anatomía contraria. Shinichiro emitió un pequeño sonido en señal de que continuara y así lo hizo, le narró todo lo que había soñado.

–Oh cielo... No te preocupes, fue sólo un sueño y nada de eso se hará realidad.– Le dijo el azabache, mientras llenaba de besos su rostro.

–Shin-chan... Prométeme que si alguno de los dos muere antes... Nos buscaremos en nuestra siguiente vida.– Le expresó el más bajo, mientras dirigía sus ojos violetas hacia él.

–Lo prometo.– Dijo Sano, mientras lo abrazaba y finalmente lo besaba de manera dulce.

Aquello fue suficiente para que tanto como Wakasa como su corazón se sintieran cálidos ante esa promesa.


Fin

🎉 Has terminado de leer 𝙳𝚛𝚎𝚊𝚖 ☁︎𝚂𝚑𝚒𝚗𝚠𝚊𝚔𝚊☁︎ 🎉
𝙳𝚛𝚎𝚊𝚖 ☁︎𝚂𝚑𝚒𝚗𝚠𝚊𝚔𝚊☁︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora