Las palabras que pronuncia el alma

408 30 9
                                    

Disclaimer: Bleach y sus personajes pertenecen a Tite Kubo.

Disclaimer: Bleach y sus personajes pertenecen a Tite Kubo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Renji se levantó muy temprano ese día. Recogió su futón rápidamente y fue hacia el cuarto de baño para ducharse. Tampoco tardó mucho. Desayunó en silencio, solo y poco. Tenía los nervios metidos en el estómago y no sabía cómo podría tranquilizarse aunque fuera mínimamente.

No podía ser tan difícil. En serio que no. Era algo obvio que quisiera hacer algo como lo que tenía planeado desde hacía media vida con la persona que llevaba amando durante, sí, también media vida. Y eso en años para un shinigami era un tiempo bastante largo, así que aquel sentimiento lo había acompañado durante tanto tiempo que ya no recordaba la época en la que no lo tenía dentro.

Conoció a Rukia cuando eran apenas dos niños, pero se quedó prendado de ella con una rapidez que aún le sorprendía. Pero cómo no iba a fijarse en esa chica, si era todo corazón, bondad, espíritu y valentía. Cómo no querer acercarse a ella, protegerla, estar a su lado y amarla si su presencia se había reducido a todo lo que anhelaba alcanzar durante décadas.

Cuando fue aceptada por el clan Kuchiki, se sintió tremendamente solo y vacío. Pero era lo mejor para su bienestar, para su estatus, para su progreso y eso siempre lo supo. Recordaba que no llegó a poder interpretar sus silencios, su mirada triste ni tampoco ese alejamiento que se produjo justo después y que fue la carga más pesada que alguna vez experimentó. Si lo pensaba detenidamente, fue un ciego y un estúpido en esa época. Siempre lo achacaba a que era demasiado joven o a que estaba demasiado obsesionado con que Rukia saliera de su pasado mediocre, sin darse cuenta de que el pasado es la historia que escribimos y, aun siendo oscuro, también tiene enseñanzas.

Suerte que alguien hizo lo que ni siquiera ellos lograron. Ese alguien fue un hombre valeroso y el protagonista del cambio en la hermética Sociedad de las Almas. Efectivamente, Ichigo Kurosaki había cambiado muchas vidas, especialmente la de él.

Renji siempre había sido alguien que miraba desde la distancia, que alcanzaba pequeños logros a pasos diminutos, pero que seguía progresando. Era consciente de su papel secundario y estaba conforme con ello, incluso lo estuvo cuando se le ordenó ir a por Rukia al mundo real. Solo era un figurante, un alma dirigida por otros, un ente que no brillaba para nadie.

Sin embargo, Ichigo lo cambió todo. Lo convirtió en el protagonista de su propia historia, hizo que quisiera ser fuerte, ser valiente, ser alguien que destacara. Pero sobre todo, consiguió que quisiera desesperadamente volver a ser una parte importante de la vida de Rukia.

Sí, no había otro responsable de su acercamiento que Ichigo. Por eso, no tuvo más remedio que decírselo. Si él nunca hubiese llegado a aparecer en escena, quién sabe si Renji hubiese podido atreverse a todo lo que vino después. No es que lo hubiese alentado a confesarse o hubiese hecho de celestina de forma explícita entre ellos, pero fue él quien propició el acercamiento entre Renji y Rukia. Sin él, podrían haber seguido tratándose como dos extraños durante décadas, durante siglos, y solo quedaría en sus conciencias, pero nunca saldría a la superficie lo que sentían, lo que querían. Habrían vivido reprimidos, a fin de cuentas. Ese cambio era un hecho innegable, que el shinigami de cabello rojizo aceptaba y agradecía enormemente.

Las palabras que pronuncia el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora