Por favor, yo no lo dije...

Los quiero mucho...

Y sé que ellos lo saben muy bien... Por eso intento que me escuchen, mi voz suena entrecortada y bajita para malafortuna. Tengo muchas ganas de llorar aún cuando las lágrimas no salen de mis ojos y la sensación de presión en el pecho va en aumento con cada segundo que va pasando en la habitación.  Tienen que saberlo, tienen que prestarme atención o todo podría acabar. Intento sujetando la playera de Damita para hablarle, pero ella me aparta mientras grita que no la toque. Herr, Pride, Erni y Maguito la miran sorprendidos, tal vez porque nunca habían visto a su amiga levantar la voz como en ese momento. Mi corazón se parte y trato de formular alguna palabra, algo que la tranquilice lo suficiente como para intentar hablar de nuevo. Deseo agradecerle por todas las veces que en sus directos nos poníamos a hacer tareas y trabajos escuchando música, de lo mucho que siempre me ha gustado su voz y que todo estará bien. No quiero que ellos se lastimen por mi culpa, quiero lo mejor aunque la verdad sea dolorosa.
Puedo escuchar que Erni trata de calmar todo, aprovechando para recordar a los chicos que estaban haciendo esto por mí y que era necesario una mejor comunicación entre todos. Me tiemblan los labios y siento algo de calidez en mi pecho, Erni seguía siendo lindo conmigo a pesar de todo. Siempre dándome consejos cuando le escribía que me sentía mal, además de que sus palabras nunca dejaban de tener ese toque amigable y cariñoso con los que lo escuchamos. Veo a Pride y  a Herr, es tan grato ver qué tratan de mantenerse serenos para llevar lo mejor posible todo el escándalo que se ha estado provocando por mi culpa. Aunqué siendo como soy, se que preferiría verlos sonreír y bromear  entre ellos. Maguito toma un vaso de agua que tenían en la mesa y se queda pensativa. Me gustaría poder acercarme y ofrecerle un poco más, pues ya no hay agua en el vaso, sería agradable verla sonreír una vez más... Tomo valor e intento nuevamente concentrarme para la siguiente pregunta. La calma había vuelto y seguro que no tardaban en iniciar el interrogatorio de nuevo. Espero que Erni, Pride, Maguito, Damita o Herr formulen alguna pregunta... Yo estoy lista para responder con toda la sinceridad y valor de mi alma, tenía que hacerlo o los perdería para siempre si todo salía mal.  Finalmente una pregunta queda en el aire y me lanzo a responder, sin embargo el miedo me paraliza de golpe. Recuerdo bien la sensación de ser observada cómo algún tipo de ratón que está a punto de ser mordido por una serpiente, ya he sentido así antes varias veces.
Debo de decirles, tengo que responder a su pregunta, no quiero que sufran, no quiero que se lastimen... Tengo que decirles que quien está manejando la Ouija no soy yo, sino un demonio...

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