My Little Bunny [Adaptación] [Bnior] [JJProject]

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Jaebeom estaba caminando por la sala donde los niños estaban sentados en sus puestos dibujando "el mejor día que han tenido con su familia".

Los niños tendrían que dibujar aquel día que más hayan disfrutado y explicarle al profesor como fue, que había pasado y porque para ellos era su mejor día.

Hyunjin fue el primero en terminar, tampoco era como si tuviera que dibujar a tantas personas, no solo era su papá y el, y como olvidarlo, junto con su conejito de peluche.

— ¡Profesor! ¡terminé! —Jaebeom se acercó al niño de cinco años, quien le pasó su dibujo.

El dibujo era de los que gran parte de los niños hacían; Las personas eran hechos por palitos, además de un pequeño dibujito de un conejito de peluche.— Bueno, cuéntame que pasó ese día.

— Papá y yo hicimos galletas con chispas de chocolates y otros con crema, ¡la harina voló por toda la cocina! —Contó emocionado, extendiendo sus brazos.— Tomé un poco de crema y manché la puntita de la nariz de mi papá, aquí —Con su dedo, apuntó la punta de su nariz.— ¡Oh! Y Mr.Bunny quedó todo blanco, mi papá tuvo que lavarlo porque estaba con harina. —Sonrió al recordar ese día.

— Y, ¿Por qué elegiste ese día? —Preguntó curioso Jaebeom

— Papá tiene muy pocos días libres, así que no podemos pasar tanto tiempo juntos, menos hacer galletas de chocolate. Ese día no tuvo que trabajar, ¡pasamos todo el día juntos!

— Oh, ¿En que trabaja tu papá? —Y aunque no lo quisiera admitir, realmente le había interesado el padre del niño.

— Es doctor, salva a niños que están enfermos todos los días, es como un superhéroe. —Dijo orgulloso, y es que a los ojos de Hyunjin, su padre era como esos superhéroes de los dibujos animados.— es por eso que papá no puede pasar tanto tiempo conmigo, hay más niños que lo necesitan para estar sanitos. —Jaebeom sonrió enternecido, el niño al hablar de su padre se le iluminaban sus ojitos.

Luego de felicitar a Hyunjin por el buen trabajo que hizo en la actividad, tuvo que ir a escuchar los relatos de los demás niños.

Cuando marcaron las una de la tarde, los apoderados llegaron al jardín a buscar a los niños. No pasaron más de diez minutos y ya no había niños corriendo por todos lados, la jornada había acabado para los pequeños

Jaebeom estaba recogiendo todos los materiales que se habían utilizado ese día, los acomodaba en una canasta que iba dejando en una encimera.

Jackson llegó a su lado, y por su mirada se sabía que venia curioso.— Así que...¿El apoderado Park, eh? —Jaebeom lo miró confuso.

— ¿De que hablas? —Dejó en la encimera la canasta, empezando a ordenar los lápices.

— No creas que no me di cuenta que te quedaste embobado por ese padre. —Tomó los blocks que estaban en el suelo para poder dejarlos en su lugar.— Es lindo, ¿quieres saber alguna cosa de él? Sé todo de los apoderados, ¡pero en mi defensa, ellos son los que me hablan sus problemas, yo no les pregunto! —Se defendió de inmediato. Jaebeom solo rodó los ojos.— Bueno, ¿quieres saber o no?

El contrario solo se encogió de hombros, mostrando desinterés, aunque bien sabía que le daba cierta curiosidad ese apoderado.— Uhm, como quieras.

Jackson soltó una risa, conocía bien a su mejor amigo.— Es cirujano pediátrico, es por eso que no suele venir a buscar a su hijo, aunque si te diste cuenta en la mañana, se preocupa de su hijo, aun cuando está llegando tarde a su trabajo. —Suspiró.— No sé como lo hace, ser padre soltero y además ser cirujano, ah...debe ser difícil. —Jaebeom asintió comprensivo— Y por lo que sé, es un padre presente a pesar de todo. Cuando Hyunjin te agarre confianza, ya verás que te va a contar tantas cosas de su padre que ni podrías imaginarte. —Terminó de ordenar la sala que siempre queda hecha un caos.— Bueno, ya me voy. ¡Nos vemos mañana! —Se despidió, saliendo del jardín para irse a su casa.

Jaebeom tomó los dibujos de los niños, colgándolos en la pared. Cuando tomó el de Hyunjin, sonrió, había algo que hacía que le diera cierta curiosidad ese apoderado. Sacudió su cabeza y colgó el dibujo, dejándolo en el centro.

Cuando terminó, apagó las luces y cerró la sala. Ya era hora de ir a su casa.