¿Cómo hubiera sido, si fuera mi esposa?
La llevaría, en una cabaña lejos de la ciudad, hospedarnos allí, por una semana, durante ese tiempo bailar tango.
La estuve controlando, dándome cuenta, ella se encuentra en sus días fértiles, por lo visto no se está cuidando.
Bajo la luna llena de febrero, ni antes ni después del día de los enamorados, quiero dejarla en cinta, el fruto de nuestro amor. La familia de mi mujer estaría feliz por el primer hijo.
Nos casamos a escondidas, solo lo sabían nuestros mejores amigos, nuestras familias no.
Pasaron tres meses, fui con mi cónyuge a la casa de mis suegros, a decir que está embarazada, los padres lloraron al recibir tan grata sorpresa.
El padre de mi amada, se puso muy impertinente conmigo, me amenazó con que si no cuidaba bien de su más preciado tesoro, me las iba a ver con él, es un experto en seguridad y armas.
Soy un hombre de paz y negocios, en mi hogar somos mis padres, mi hermano y yo.
Acompañe a Aurora a sus controles prenatales y en la ecografía abdominal, supimos el sexo del bebé, es una niña, estoy llorando de felicidad; ahora sí entiendo a mi suegro.
Finalizó el segundo trimestre de gravidez, Aurora es muy estricta con las instrucciones de su ginecólogo y nutrióloga, es primeriza se encuentra feliz y asustada a la vez, a pesar de todo lo que ha logrado en su vida, antes de conocerme, nunca deja de sorprenderme.
Mis compañeros de trabajo, no sabían que me casé en secreto y mucho menos que estaba esperando a mi hija. Aurora es muy reservada con nuestra vida privada, quiere que todos se enteren, después del nacimiento.
Estábamos conversando en el cuarto, y elegimos el nombre de la niña, se llamará Estefanía.
Llegó la noche en que dio a luz, me puse muy ansioso, y Aurora también estaba tensionada, lo único que la calmaba era escuchar música, además contrató una psicóloga perinatal y una conocida obstetra, para no perder el control.
Los médicos me llamaron, cuando estaba ocurriendo el alumbramiento, y cuando la agarré de la mano, me sujetaba tan fuerte, pensé que me la quebraría, el parto duró ocho horas.
Al fin vi a mi princesa, es igual a su madre, es como la ví en mis sueños, después de hacer los procedimientos correspondientes, la llevaron a su habitación.
Estefanía ya estaba lactando, nuestras familias estaban llorando de emoción.
Transcurrieron los cuarenta días, no soportaba más mi genio, quería tenerla en mis brazos de nuevo; la criatura fue planeada por mí, no por su mamá, al final Aurora es insaciable y no le importó perder su figura, no por amor a mí, sino hacer germinar la semilla, que nos unirá en esta vida y en otras vidas…
Aconteció dos años después, decoramos de forma muy especial nuestra pieza, y toda la casa también, nuestra hija se quedó con mis papás, quedaron encantados, llegó encantada del trabajo.
Nos convertimos en completos adolescentes, que se escapaban de la casa de sus padres, para hacer travesuras, el erotismo se apoderó de los dos.
