[+18] JBB [Lit Killah x Tiago]

PARTE 1/5

Fragmento.

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CAP 18

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Joder, se había vuelto blando. Hace un año, no habría dudado. Pero parecía que vivir en Estados Unidos lo había cambiado, para bien o para mal.

O tal vez algo más fue el culpable.

Como convocado por sus pensamientos, Mauro estaba allí cuando dobló la esquina, su pelo rojo resaltaba demasiado. Él sonreía mientras hablaba con una mujer bonita, la hija de un hombre de negocios llamado Nabokov, si Tiago recordaba correctamente.

Su irritación solo aumentó al ver la amplia sonrisa de Mauro y su expresión repugnantemente amable. Quería borrar esa sonrisa de los labios de Mauro. Preferiblemente con su polla. Quería metérsela hasta el fondo de la garganta de Mauro hasta que la molesta mierda se atragantara.

Su polla se movió en sus pantalones, llenándose hasta el mástil, lo que solo sirvió para irritar más a Tiago.

Caminando, agarró la nuca de Mauro y tiró de él para darle un beso doloroso. Ignorando el grito de sorpresa que Mauro soltó contra sus labios, Tiago empujó su lengua por su garganta, jodiendo su exasperante boca de la manera que quería hacer con su polla. Era lo único socialmente aceptable que podía hacer en público. Apenas podía abrir su bragueta y empujar a Mauro a sus rodillas y dársela de comer mientras la chica de Nabokov estaba allí. Pero joder, quería hacerlo.

Besó a Lit más fuerte, manteniendo su cabeza quieta en un agarre castigador mientras saqueaba su boca con su lengua. Le gustaba la forma en que su insufrible AP se volvía confuso y sumiso cada vez que Tiago lo besaba. Fue embriagador.

Alguien se aclaró la garganta con torpeza y Tiago rompió el beso a regañadientes. Excepto que Mauro no lo dejó, sus labios se aferraron a los de Tiago y le chupó la lengua de una manera que casi lo hizo correrse en sus pantalones como un niño verde. Joder, esto se estaba saliendo de control. Un simple beso no debería hacerle esto, independientemente de su libido. No importa cuántas veces Mauro le chupó la polla, Tiago quería más.

Tal vez debería simplemente joder con el chico. Empujarlo debajo de él, abrir sus piernas y tomarlo.

La idea era ridículamente atractiva, a pesar de que nunca se había entretenido en joder con otro hombre.

Tiago rompió el beso, ignorando el gemido que soltó Mauro, y miró a su alrededor. La jovencita de Nabokov se había ido. Volvió a mirar a Mauro y estudió su rostro enrojecido.

—Te voy a joder, —dijo.

Los ojos vidriosos de Lit se agrandaron.

—Vete a la mierda, —dijo con voz ronca, lamiendo sus bonitos labios rojos, hinchados.

Tiago tuvo que volver a besarlos.

Sintió una oleada de viciosa satisfacción cuando Mauro inmediatamente abrió la boca para su lengua, sus manos agarrando la camisa de Tiago.

Cuando volvieron a romper el beso para que les entrara aire a los pulmones, dijo contra la boca de Lit:

—Va a suceder. Siempre obtengo lo que quiero.

Lit resopló.

—No esta vez, —dijo. —¿Incluso te escuchas a ti mismo? Ambos somos heterosexuales.

—¿Y qué? —Dijo Tiago, mordiéndole el labio inferior. —¿En qué se diferencia eso de chuparme la polla?

—Es fácil para ti decirlo, —dijo Mauro con una sonrisa, sus labios temblando, su mano agarrando la camisa de Tiago con fuerza. —Para. Deja de besarme.

Tiago se obligó a abrir los ojos entrecerrados y miró fijamente a su asistente a unos centímetros de distancia. Los ojos de Mauro estaban cerrados, sus mejillas sonrojadas y su boca roja y brillante por sus besos.

Quería joder con él.

Tenía que joderlo. Le importaba una mierda que Mauro también fuera un hombre. Quería empujar a Lit debajo de él y arrollarlo, tomarlo como un animal tomaría a una perra fértil.

—Vamos, —dijo con voz ronca, sin siquiera reconocer su propia voz.

Agarrando la muñeca de Mauro, lo arrastró hacia su habitación. Mauro lo dejó.

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