Prólogo

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¿Te has enamorado alguna vez?

¿Sabes cómo se siente que te partan el corazón?

Es mentirle a tu corazón cuando dices que no te afecta o no sientes nada.

Siempre se llevará una parte de ti, pero quieres engañar a tu mente para no sentir ese gran dolor que te desgarra el alma por dentro.

Todo puede cambiar en un parpadeo de ojos, las heridas a veces no sanan y solo se abren más.

La pregunta es...

¿Cuánto dolor puedes soportar?

¿Te ríes, pero no eres feliz?

¿No sangras, pero estas herido?

¿Respiras, pero no sientes que estés vivo?

¿El mundo a tu alrededor simplemente ya no tiene sentido?

Todo me consume toda la energía de mi cuerpo dejándome casi sin vida.

Mi pecho simplemente se siente obstruido.

Los párpados me pesan y los ojos arden. Las lágrimas simplemente salen sin parar sola dejándome caer derrotada en el piso de la solitaria sala.

Escucho pasos que se acercan hacía mi. Esos pasos que siempre reconoceré en todo el universo.

Se acerca mirando fijamente las lágrimas en mi rostro, la vergüenza se apodera de mi cuerpo cubriendo con mis brazos mi rostro, por la jodida tristeza que se apodera de todo mi ser.

Se sentó alado mío, tomando mi cabeza y colocándola sobre sus piernas dándome la confianza que al estar con él no tengo porque sentir vergüenza.

Sus manos acariciaban mi cabello y secaban algunas de las lágrimas que escurrían en mis mejillas.

Lo que se sentía tan cálido ahora solo se siente frío como hielo.

—Papá... ¿Esto es sentir amor?—

Vida de mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora