La casa embrujada

235 23 0
                                    


- ni siquiera se por las seguí - habla Towa viendo a su hermana y prima.

- hay por favor primita - la menor la ve burlona - no me digas que tienes miedo de un lugar abandonado.

- aja, sin contar que lleva abandonado más de 50 años y que podrían rondar espíritus por aquí - con voz sarcástica la ve - si claro que no hay que ignorarlo.

- dejen de fastidiar - Setsuna las ve enojada.

- sea lo que vayan a hacer háganlo rápido, este lugar parece que se va a caer en cualquier momento - ignora el comentario de su hermana.

- solo venimos a investigar - con entusiasmo la de ojos cafés comienza a caminar en los pasillos de aquella mansión.

- nunca la entenderé - con eso dicho la castaña va a seguirla, claro antes de que se perdiera.

Towa suspira y niega para ver hacia la ventana, aún no era de noche pero si podía deducir que pronto lo sería. Además este lugar no le daba buena espina y sin contar que a cada rato sentía escalofríos.

Se dedicó a admirar el lugar y por un momento olvidó que estaba acompañando a a las dos menores. Habían muchos muebles rotos y tirados por todos lados y sin mencionar que las paredes estaban más que rotas, hasta tenían varios agujeros.

Sabía que en un lugar como este, no sería raro que haya sido invadido y que poco a poco fueran robando las piezas y artefactos del lugar. No conocía la historia de la mansión pero si podía hacer sus teorías, y que no dudaba, que en esta mansión, en sus momentos, fuera preciosa y elegante.

Es más que obvio que cuando dejas de cuidar de un lugar, y más cuando tú mansión estaba por el bosque, entonces la naturaleza reaccionara e irá destruyendo todo a su paso. Pero nadie podría culpar a la naturaleza por ser justa ¿O si?

- vaya, no sabía que había visitas aquí.

Towa grita un poco y se voltea en forma de defensa a enfrentar a quien sea que la haya asustado. Casi al instante se relaja al ver a un chico de su edad parado enfrente suyo.

- lamento mucho la manera en que la asusté - alza sus brazos disculpándose por lo que había hecho.

La peliplata lo analiza por un momento, su cabello era completamente rojizo y sus ojos eran de color verdes, como si fueran esmeraldas, no paso por desapercibido el elegante traje que llevaba. Tal vez irá a una fiesta de disfraces, fue lo único que pensó.

- ¿y tú eres...?

- estaba dando un recorrido por aquí hasta que la vi - la ve fijamente a lo ojos.

- ¿qué hacías aquí? - le pregunta de forma directa, aunque era lindo no podía fiarse de él....... espera ¿acaso pensó que él era lindo?

- solo daba un paseo - comienza a caminar - ¿usted que hacía aquí?

- vine con unas personas - se limita a decir, no podía decirle que había venido con su hermana y prima.

Hablando de ellas, ¿en donde estaban?

- eso es bueno - voltea a verla por unos segundos - al menos usted, hermosa dama, no viene con otras intenciones.

- ¿otras intenciones? - pregunta curiosa.

- ya sabe, rituales, sacrificios, ese tipo de cosas - contesta como si fuera lo más simple.

- bueno eso sí - claro que en estos lugares hacían ese tipo de cosas e incluso peores.

- se ve que desprende un aura positiva - habla aún caminando.

- bueno, dicen que soy la viva imagen de mi madre - le sigue el paso.

Ritowa Hallowen Week Donde viven las historias. Descúbrelo ahora