Para cuando Jungkook se despertó miró a todos lados tratando de encontrar al mayor.
Solo que al sentir un dolor en su barriga gimió y puso sus manos sobre esta, comenzando a frotar para que su dolor bajará.
Se sentía mucho mejor que la noche anterior, pero sin duda había sido la mejor noche de toda su maldita vida.
Deseaba bajar y encontrar a Yoongi dispuesto a darle más leche, pero tenían que hablar de esto antes.
Así que con cuidado bajo las escaleras, tratando de bajar su camiseta por su hinchado vientre.
Cuando entro a la cocina no lo vio por ningún lado y lloriqueo triste, pero al ver en la isla un papel camino ahí y lo tomo rápidamente.
Jungkookie
Tuve que salir porque me pidieron más botellas de leche, lo siento cariño, te hablo más tarde.
Pd:Puedes quedarte en casa todo el tiempo que quieras, volveré en la noche.
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Jungkook se sonrojó al leer aquel apodo y sonrió de manera boba sin ser consciente.
Levantó su vista y sintió cómo su corazón se acelera al ver un abundante desayuno.
Aún estaba lleno pero no perdería la oportunidad de comer otra vez la gloriosa comida de Yoongi.
Así que se sentó en la mesa y comenzó a comer el ramen picante que estaba en una olla.
A su lado tenía un plato con kimchi, arroz, carne y lo que parecía ser una ensalada de pollo.
Cuando trago los primeros fideos gimió, estaban tan suaves y su picor era el exacto.
Así que aspiro más rápido para pasar con los demás.
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"UUURRRRPPPPP" el gran eructo resonó por toda la casa y Jungkook se inclinó en la silla tratando de aliviar su estómago hinchado, había comido tanto que ahora el pijama que le prestó Yoongi le quedaba bien.
No podía moverse un poco debido a que eructaba por la cantidad de líquido que había tomado.
Era ya casi medio día y se sentía tan bien consigo mismo por haber comido tan delicioso. Aunque justo en ese momento quería que Yoongi atravesara la puerta y lo mimara como la noche anterior.
Con un resoplido trato de levantarse de la silla de nuevo y al lograrlo gimió al sentir todo su intestino moverse, sintiendo dolor por todas partes.Se fue a sentar al sillón de la sala y se dejó caer con un resoplido.
Su barriga estaba dura como una roca e hinchada. Recargo su cabeza en el posabrazos y se recostó con cuidado, cuando estuvo en una buena posición empezó a amasar su vientre, soltando eructos para aliviar su dolor.
