Curvy (Camren G!p)

IX

Lauren

Santa mierda, santa mierda, santa mierda. Siento que me he caído por el agujero del conejo y no quiero mirar hacia atrás. Quiero perseguirla y perderme en esta mujer.

Me siento en un comedor muy formal mientras espero que vuelva Camila. Era adorable que no quisiera apartarse de mi lado cuando una mujer llamada Sally quería hablar con ella en privado. Parecía encontrarlo igualmente divertido. Tuve que prometerle que mi trasero no se movería de esta silla mientras ella medio la arrastraba fuera de la habitación por su brazo. Era casi como si pensara que podía levantarme y desaparecer.

No voy a ninguna parte. No sé lo que está sucediendo aquí entre nosotras, pero sé que es algo. La quiero, y estoy saltando de cabeza primero Mi corazón casi saltó de mi pecho cuando Camila dijo que nos estábamos enamorando. Es una locura. Solo conozco a esta mujer por horas. Pero otra parte de mí sabe que ella tiene razón. Es la única forma de explicar estos locos sentimientos que estoy teniendo.

Igual de loca es esta casa en la que estoy. No creo que puedas llamarla casa. Está muy arriba en Hollywood Hills donde solo vive la elite. He estado en casas ricas antes para sesiones fotográficas y fiestas para nuevas campañas. Pero esas casas no eran como esta. Esas casas eran ricas, propiedad de actores o directores. Esta es una casa de riqueza. Una persona que corta los cheques para actores y directores. Una persona que realmente tira de las cuerdas.

Camila me sacó del auto antes de que pudiera echarle un buen vistazo, echándome en sus brazos como si no pasara nada y llevándome a la casa. Traté de protestar porque podía caminar, pero ella dijo que estaba preocupada de que mis tacones se engancharan en el camino de piedra. No pude evitar reírme de eso. No había aprendido a caminar ayer y vivía en tacones. No había nada que no pudiera hacer en ellos, excepto tal vez correr. Y yo no corro.

Ella me llevó a través de la casa directamente al comedor donde me depositó en esta misma silla, y luego comenzó a devorar mi boca otra vez como si estuviera muerta de hambre por mí. Como si no acabara de besarme minutos atrás en la parte trasera de su auto. Parecía que su hambre por mí estaba creciendo, y ese hambre me hacía sentir como una especie de diosa. Fue empoderador y embriagador. Era como si viviera y respirara por mí.

Probablemente debería pensar que eso también es una locura, pero me dio ganas de ver qué tan profundo era ese hambre. Luego, cuando Sally aclaró su garganta, sacándonos de la niebla de beso que habíamos caído, Camila en realidad gruñó por tener que alejarse del beso. El sonido viajó a través de mi cuerpo y directamente a mi núcleo. A Sally también pareció divertirle eso. Después de presentarse, sacó a Camila de la habitación.

Miro la mesa, viendo que tiene platos dispuestos con cúpulas de plata sobre cada uno. Me pregunto si un mayordomo entrará y quitará la tapa como lo hacen en esas películas. Extiendo la mano para levantar la tapa, curiosa por lo que hay debajo, cuando Camila viene merodeando de regreso a la habitación.

"Lo siento, Sally puede ser como una madre gallina a veces, y quería saber cada detalle que podía sacar de mí acerca de ti", dice mientras acecha hacia mí, deteniéndose junto a mi silla para inclinarse y besar mi mejilla. El suave beso permanece antes de que finalmente retroceda. "Gracias por no irte". Lo dice en voz tan baja que ni siquiera estoy segura de querer decirlo en absoluto. Se sienta en la silla al lado de la mía y, tomándome por sorpresa, agarra mi silla y la acerca a la suya para que estemos una al lado de la otra.

"Todavía hay demasiado espacio", murmura, levantándose de nuevo y empujando su silla hacia atrás. Ella se inclina y me levanta en sus brazos. Grité sorprendida y me encontré sentada de costado sobre su regazo, su trasero ahora plantado en el asiento en el que acababa de estar. "Mucho mejor", dice, soltando una respiración profunda como si en realidad estuviera aliviada y que la otra silla había estado causando en ella angustia o algo así.