HalloWeek Karmaland 2021

Lo intente (Rubegetta)

X: ¿Hola?, señorita cuenta cuentos

Hola, te estaba esperando, sabia que vendrías por más historias, así que ahora busque una muy especial

X: ¿Especial?

Este libro es especial para mí, los he seguido en tantos universos que, les he tomado un cariño especial

X: ¿a las historias?

Si, me refería a las historias, ahora acomódate y escucha con atención

Esta historia se desarrolla en tiempos de guerra

Donde el príncipe de un lejano reino tomo el liderazgo de sus tropas, su misión era guiar a su pueblo a la gloria de la victoria.

El Príncipe Vegetta no esta solo en esta lucha, a su lado iba su mano derecha, su caballero de confianza, y a escondidas de todos, el amor de su vida, El Caballero Real Rubius.

Ambos habían guiado al reino de Karmaland por muchas batallas, donde habían ganado la pelea, pero no borraba de sus mentes las atrocidades que la guerra les había mostrado, la sangre, lagrimas y dolor de sus oponente y aliados, era una carga para toda la vida.

-¿Te encuentras bien?- pregunto el príncipe a su caballero, que junto a una fogata limpiaba algunas de sus heridas

-Si, no es nada grave, ¿tu estas herido?- observo con detenimiento al pelinegro porque lo conocía, sabia que era capaz de mentirle con tal de no preocuparlo

-Estoy bien... No me mires así, estoy diciendo la verdad, casi no pelee-

Se sentó al lado del castaño, y en silencio dirigió su vista al cielo nocturno

-Es algo deprimente cuando la noche es tan oscura-

Rubius miro el cielo y en efecto no había ni una sola estrella, las espesas nubes los cubrían, y solo daban paso a algunos rayos de luz de luna.

Después de limpiar sus heridas, junto su mano a la de su príncipe, recibiendo un ligero apretón de regreso

-Algo te preocupa, y no pierdas tiempo en decirme que nada, sabes que puedes confiar en mi Vegetta- la miraba morada se cruzo con los ojos esmeraldas, demostrando miedo - ¿Qué sucede?

-Y si perdemos- dijo en voz baja, como si no quisiera ser escuchado por nadie

-No lo haremos, somos soldados muy bien preparados, no tienes nada que temer, porque yo te protegeré- sonrió con seguridad el castaño

-y justamente eso es lo que me da miedo- respondió con sinceridad, confundiendo a Rubius- No quiero que me protejas, solo quiero que tengas cuidado, no quiero perderte

Rubius comprendió mejor el miedo del pelinegro, porque él sentía lo mismo, cada día en el campo de batalla estaban más cerca de su posible muerte, así que paso su brazo al rededor de los hombros de Vegetta, para acercarlo y abrazarlo con fuerza

-Estaré bien, tu también lo estarás, prometimos que nos casaríamos cuando regresáramos a Karmaland, y sabes que no me gusta romper mis promesas -

Esas palabras alegraron al pelinegro, que solo atino a reír, sintiendo el ambiente un poco más relajado

-Te quiero Rubius, gracias por todo- recargo su cabeza en el hombro del castaño, sintió entonces un beso en su cabeza, que fue suficiente respuesta para él, así que cerro los ojos y se dejo llevar por un dulce sueño

La guerra es un paisaje desolador, no importa el bando para el que luches, ese día no fue una excepción.