"¡Madara!", exclamó Hashirama Senju, el shinobi vivo más fuerte del mundo, usuario de Mokuton y con una personalidad tan alegre que parecía que nunca podría estar triste. "Oye, sonríe más, es mi boda después de todo".
"Estoy sonriendo", respondió, haciendo la mejor mueca que podía. Realmente estaba feliz por Hashirama; después de todo lo que había perdido en esta guerra, finalmente podría encontrar algo de felicidad. "Nunca pensé que te casarías con una Uzumaki".
"Ni yo, pero es tan tierna".
"Sí, tierna", recordó los cortos y breves encuentros con la mujer de pelo rojizo. Tenía un carácter tan fuerte que prefería enfrentarse a Hashirama que a ella.
"Oye, Madara, ¿no has reconsiderado lo de casarte?"
"Realmente no me interesa por ahora".
"Vamos, hombre, tenemos 20 años. Ya no somos tan jóvenes".
"Sí, jóvenes. Si tomas en cuenta que antes, lo máximo que duraba era hasta los treinta vivo. Me iré a la ceremonia. Tengo hambre y quiero probar la barbacoa de los Akimichi".
"Bien, bien. Nos vemos después", se despidió de su amigo y se dirigió hacia donde estaba su esposa.
"A veces me pregunto por qué es más fuerte que yo".
"Porque tiene mejores bendiciones genéticas".
"Tori".
"Madara", los dos mayores se miraron por unos segundos. Parecía que ambos se abalanzarían uno contra el otro en cualquier momento. "Mira, Madara, hoy es la boda de Hashirama y no quiero tener esta incómoda atmósfera todo el tiempo. Sé muy bien que no quieres estar cerca de mí, pero por esta vez, tengamos una tregua", dijo Hashirama, alzando su mano en señal de paz.
"Claro, hacerme el mejor amigo de la asesina de mi hermano me traerá paz".
"Ya te dije, tregua por hoy. Después, sígueme odiando cuanto quieras".
"Deberías ofrecer más. El odio hacia ti se está volviendo aburrido".
Rodando sus ojos con disgusto, Madara respondió: "Te haré el papeleo por una semana feliz".
"No".
"¿Qué quieres de mí? Mira, sé que me odias por haber matado a Izuna, pero fue en una situación de vida o muerte. Sabes muy bien que él no hubiera dudado en cortarme la garganta si hubiera tenido la oportunidad. Estábamos en guerra, así que ya supéralo", dijo Madara, mirando con enojo al suelo. "Yo también he perdido personas realmente preciadas por esta guerra, así que no tienes derecho a juzgarme".
"Pero tú no te quedaste sola", las frías palabras de Madara dejaron un poco atónita a la mujer, quien se recompuso. "Por esta única vez tendré una tregua contigo solo para que Hashirama sea feliz".
"Gracias", dijo ella, dándole una pequeña sonrisa al Uchiha. "Y sobre Izuna, realmente me hubiera gustado que fuera de otra manera", añadió mientras se despedía de Madara para ir junto a su hermano.
"Tori".
"¿Qué pasa?".
"Iré contigo", anunció Madara, caminando al lado de la Senju. Se le había ido el apetito hacía mucho y ahora quería olvidar toda su solitaria vida.
"¿Madara, Tori, por fin hicieron las paces?", preguntó Hashirama, sorprendido al ver a su hermana y a Madara caminando juntos sin que él estuviera implicado.
"Algo así, hermano, pero no te preocupes. Disfruta tu día", respondió Tori, dándole una de las más sinceras sonrisas que había tenido.
La fiesta pronto se saldría algo de control. El clan Senju no solo era reconocido por su increíble potencial, sino también por tener un hígado de acero, pudiendo beber y beber hasta el amanecer, literalmente.
"Y así fue como descubrí que Madara le tiene miedo a orinar frente a los demás. ¡Hip!."
"Hashirama, dijiste que te lo llevarías a la tumba".
"Es mi hermana y esposa. No se lo dirán a nadie", respondió Hashirama, abrazando a su hermosa esposa, quien se rió con él.
Madara solo gruñó por lo bajo.
"Parece que al gran y poderoso Uchiha Madara le da miedo orinar frente a otros hombres".
"Cállate".
"O acaso tienes un pequeño amiguito al que no le gusta ver el mundo".
"Te aseguro que no es así".
"Madara Uchiha lo tiene pequeño, eso sí es divertido".
"Te estás metiendo en un lugar muy peligroso, Tori".
"Cuando me ha importado enojarte, Madara", respondió Tori, ambos ojos rojos se miraron con intensidad, entrando en un juego de bebida hasta que ninguno de los dos recordara esa noche.
Al día siguiente, Tori sin duda no entendió qué había pasado. Su cabeza estaba a punto de explotar debido a la resaca. "Tengo el hígado, pero la resaca es terrible", murmuró mientras se sentaba en la cama y se frotaba la frente.
"Hm."
Ese pequeño sonido alteró a la peliblanca, quien miró a su costado notando un cuerpo humano. "Parece que alguien se divirtió anoche", murmuró. Ahora, al estar un poco más lúcida, intentó levantarse, pero algo la hizo sentarse de nuevo en la cama. "¿Eh?", exclamó al notar que sus piernas comenzaban a fallar y la parte baja de su cuerpo estaba adolorida. "Parece que sí me dieron lo suficientemente duro como para no poder levantarme", se resignó, recostándose nuevamente en su cama. Había estudiado el ambiente y notó que esta debía ser la habitación de su amante. "¿Ahora quién será?", se preguntó, tomando la almohada que cubría su cara para después quitarla. Por unos segundos pensó que sus ojos se saldrían de sus órbitas. Madara Uchiha, su mayor enemigo y ahora aliado, estaba echado ahí con múltiples marcas de mordida en el cuello y hombro. "¡Ma, Ma, MADARA!".
Por parte de Madara, este estaría dormido como una roca hasta escuchar un fuerte grito. Sus ojos se abrieron de inmediato, sentándose rápidamente para ver a su derecha. Sin duda, lo que estaba mirando debía ser un genjutsu, porque era imposible que la estoica Tori Senju estuviera con el cabello desordenado y con marcas de chupetones en su cuello. Y, oh dios, ¿cómo demonios podía ocultar eso debajo de su ropa? Sin duda, una vista que merecía ser grabada en su mente. Pero antes de poder activar su Sharingan, recibió un fuerte golpe que lo noqueó de inmediato por parte de la Senju, quien parecía morirse de vergüenza.
Sin duda, parece que no solo el matrimonio Senju Uzumaki tuvo su noche de bodas, sino también que la heredera Senju tuvo su pequeña aventura con el patriarca Uchiha.
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poseer a una Senju (Madara x fem tobirama)
FanfictionSolo una noche en la que el más fuerte Uchiha que haya vivido y la heredera senju.