Dedicado a HikariYaehime por aguantarme en mi laaaaaaargo periodo de bloqueo creativo.
Secuela de El Amo del Castillo.
———
En la mazmorra de cierto castillo de los Alpes, el aprendiz de cazatesoros Atsushi sabía que tenía muy difícil salir airoso del peligro actual: estar prisionero de un demonio al que había cabreado, y mucho, Dazai.
Un demonio que deseaba usar su corazón como ofrenda a Satanás.
Atsushi intentó que el terror que sentía, al ver al demonio pintar con una tiza roja un pentagrama en el suelo de piedra gris, no le impidiese pensar qué estrategia seguir para sobrevivir de esta también.
Se dio ánimos recordándose todas las situaciones extremas de las que se había salvado: huyendo por una ventana, venciendo a sus rivales con sus puños o confesando con franqueza a la acreedora de Dazai,cuando esta intentaba seducirlo para cobrarse la deuda en carne: „ lo siento, señora, pero tengo otras apetencias".
No es que Atsushi supiese mucho de Demonología, ni de invocaciones ni de ofrendas, pero lo que sabía es que su tiempo para buscar una solución se acababa, así que hizo lo primero que se le pasó por la cabeza: entretener al demonio para que no siguiese con su plan de matarle.
—¡ Akutagawa !
Este perdió el equilibrio y el trazo que estaba haciendo con tiza salió torcido.
—¡ Maldita sea, llorica cazatesoros ! — el grito del demonio resonó como un trueno en la estancia mientras se daba la vuelta y todo su perfil se iluminaba con un halo potente rojo.
Atsushi no pudo evitar que su cuerpo temblase de miedo porque Akutagawa daba realmente terror por la expresión furiosa de su rostro, sus ojos rojos y los dientes afilados que mostraba al gruñirle.
Sus labios se estiraron formando un bosquejo de sonrisa mientras una carcajada, seca como una tos, salía de su garganta.
—¿ Te aburres esperando y quieres participar ya en la función ? — siseó con diversión maniática mientras la punta de la capa que le envolvía tomaba la forma de unas garras y las dirigía hacia el pecho de Atsushi, quien inútilmente trató de echarse atrás.
Estaba atado de pies y manos contra el pilar de la mazmorra y sus intentos de evitar la garra de Akutagawa solo fueron movimientos espasmódicos y sollozos que divertían mucho al demonio, quien emitió un sonido de reconocimiento cuando la ropa que cubría el pecho de Atsushi fue desgarrada.
— Está bien que seas tan cobarde, eso hace que pueda comprobar, por los potentes latidos de tu corazón, que eres una buena ofrenda.
Las puntas de las garras presionaron de forma muy ligera la piel del pecho de Atsushi y este soltó un alarido de pánico porque no podía ser que fuera a morir de una forma tan estúpida.
—¿ Estúpida consideras ser ofrendado a ese tal Satańas? — se volvió a burlar el demonio, quien satisfecho de haber espantado a tal extremo a Atsushi, retiró al fin las garras.
Atsushi intentó recuperar el resuello sintiendo un gran alivio al saber que por el momento se había librado de morir.
El demonio reanudó su tarea de pintar en pentagrama con la tiza roja que portaba en la mano.
Atsushi, intentando volver a pensar en una salida, se dio cuenta de la tranquilidad con que el demonio había borrado con la mano derecha la línea torcida y seguía dibujando.
¡ Ese era el motivo de porque seguía vivo ! Hasta que el pentagrama no estuviese acabado de nada servía su corazón. Tenía que volver a detenerle.

ESTÁS LEYENDO
El Amo del Castillo 2. El Demonio y el Aprendiz de Cazatesoros
FanficEl aprendiz de cazatesoros Atsushi se encuentra amarrado en la mazmorra del Castillo mientras el demonio Akutagawa piensa activar el pentagrama mágico para presentarlo como ofrenda al señor de los infiernos. ¿ Cómo podrá Atsushi salvar su corazón o...