Soobin continuaba mirando la pantalla de su teléfono móvil, la aplicación de chat se mantenía abierta mostrando los rectángulos de texto a cada lado de su conversación más reciente, sin embargo, algo se sentía extraño, y es que ya había pasado una semana desde que Yeonjun le había respondido.
En un inicio creyó que era normal, su amigo cibernético iba a la escuela en Seúl al igual que él y suponía que debía tener sus propias responsabilidades aparte de sus charlas y juegos, pero al pasar de los días se iba sintiendo más ansioso. No sabía que hacer, ya había mandado varios mensajes preguntándole si estaba bien, si estaba muy ocupado o simplemente a veces le enviaba palabras de ánimo, pensando que su amigo las leería en algún momento, creyendo que también estaría pensando en él.
Sentado en la silla de su escritorio, el alto no podía evitar balancear sus piernas hacia adelante y atrás, no despegaba la vista de la conversación hasta que finalmente pudo ver que su amigo había leído sus mensajes. Dejó de moverse y se enderezó emocionado esperando que el otro respondiera, pero otra vez no sucedió, su amigo lo había dejado en visto y ver como su estado se mantenía "en línea" después de media hora le dolía, no entendía lo que pasaba.
Hace varios meses había conocido a Yeonjun a través de internet, era un chico un año mayor que él, proveniente de Seúl, ambos asistían a escuelas diferentes y lamentablemente por todo el tema de la pandemia nunca habían podido conocerse en persona, no obstante, él sentía que se conocían de toda la vida. Ambos querían aplicar a la misma universidad en un futuro, a ambos les gustaban las mismas cosas, jugaban videojuegos sin parar y hasta a veces se quedaban conversando hasta altas horas de la madrugada.
—Soobin, hijo, es hora de cenar, baja por favor —anunció su madre golpeando la puerta de su habitación.
—Sí, mamá —contestó mirando una vez más la pantalla del móvil.
Quizas Yeonjun solo estaba teniendo una semana difícil y él solo estaba siendo egoísta y un poco exagerado acerca de todo esto. Sí, eso debía ser. Dejó el aparato en su escritorio, a un lado de su computadora, para después bajar a comer con su familia.
Una nueva semana comenzó y para el Soobin aplicado, dedicado a sus estudios, pasó un poco más rápida, de hecho, estos días de ansiedad los había aprovechado para estudiar aún más, a cada receso se dirigía a la biblioteca a leer un poco.
Era un poco triste admitirlo, para el chico alto era difícil hacer amigos, su timidez y naturaleza introvertida no lo ayudaban para nada y cuando en el pasado consiguió hablar con unos compañeros de clase y volverse parte de un grupo, triste y decepcionante fue darse cuenta de que no era indispensable, de que si caminaba detrás del resto nadie lo notaría, por lo que abandonó aquellas amistades que le hacían mal, se consolaba pensando que al menos era mejor estar solo que mal acompañado y eso creyó por muchos meses hasta que conoció a Yeonjun que llegó a apreciarlo.
Aquel chico era genial, extrovertido, cada vez que pasaba tiempo con él sentía como su alma se energizaba, para Soobin Yeonjun empezó a volverse un sitio seguro en el que podía reír y hablar de sus cosas sin miedo a ser juzgado y bueno, así fue como las cosas y sus sentimientos fueron escalando hasta llegar a su temida y secreta confesión, le gustaba un chico que jamás había visto en persona.
Ahora se encontraba justamente en una de las amplias mesas de la biblioteca leyendo sus apuntes en silencio hasta que su móvil vibró en su bolsillo indicando una notificación. Con prisa lo sacó para revisarlo y no se sorprendió al ver que solo se trataba de un mensaje sin importancia. Suspiró cansado. Abrió Instagram y vio como sorpresivamente Yeonjun había subido una nueva historia.
—Hoy el cielo es muy bonito —leyó en voz baja el hashtag de la foto de un colorido cielo al atardecer.
Pensó en responder, pero sus dedos dudaron, tal vez se la esté pasando bien, quizás su presencia ya no sea necesaria, quizás sea ignorado otra vez.

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Ghosting: You and Me at 5:53
FanficSoobin miraba con inquietud la pantalla de su móvil, la aplicación de chat se mantenía abierta mostrando sus mensajes sin leer, y es que hace más de dos semanas su amigo Yeonjun había desaparecido como un fantasma. ❝Como un fantasma desapareciste...