Luna de miel bajo cero.

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*Nota: Este es una especie de continuación a mi one shot "Stephanie Brown; Organizadora de bodas designada...por si misma." Lo pueden leer en mi historia llamada "siete días para celebrar", aunque tampoco es necesario.



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"Me engañaste."

"Elabora." Damian dijo, más nunca alzó la vista de donde la mantenía ocupada.

Oh, a Raven le encantaría elaborar hasta el más mínimo detalle de porque ella se encontraba tan indignada con él, pero, sus labios temblando con el intenso frió del lugar le hicieron recapacitar cada palabra que saldría de su boca. Su cuerpo era como una paleta de hielo, cosa por la ella cual prefirió acurrucarse más en el regazo de Damian y esconder el rostro en el cuello del moreno, robando todo su calor corporal. Otro día ella le haría saber sobre su disconformidad, por el momento, se dedicaría a temblar con escalofríos entre sus brazos mientras el ruido del teclado era el único que lograba escuchar.

"En serio, ¿Cómo es que tienes tanto frió?." Damian murmuró al acomodar sus cuerpos sobre la silla que ambos compartían y así enredar una mano sobre la cintura de la chica, mientras con la otra continuaba trabajando en la computadora en el escritorio frente a ellos.

"No sé, quizás sea porque afuera estamos a varios grados bajo cero." Raven gruñó amargamente. Soy mitad demonio, la mayor parte de mi vida la he vivido en climas cálidos."

"Alguien esta de mal humor." Damian tuvo el atrevimiento de sonar gracioso, apretó su cintura y en un intento de remediar sus pobres decisiones plantó un beso en la coronilla de su cabeza.

Claro, aquellos gestos hubieran sido agradables si tan solo él se tomara tan siquiera 10 minutos para prestarle verdadera atención.

"Por supuesto que estoy de mal humor." Raven sacó su rostro de su cuello para dedicar una mirada penetrante a esos despreocupados esmeraldas. "Me trajiste a una montaña en Rusia en pleno invierno; en nuestra luna de miel, para trabajar en una misión. Sí no estuviera congelada de pies a cabeza, ya te hubiera abandonado aquí."

Su boda fue privada, personal, sencilla y un dolor de cabeza gracias a una temeraria planificadora de bodas llamada Stephanie Brown. Raven nunca fue una fiel fanática de las fiestas, pero a pesar de la insistencia de la rubia por convertir el evento en el mayor acto del año para la familia Wayne, Raven confesaría que terminó gozando de la boda más de lo que se imaginó.

E inevitablemente, tras una exitosa fiesta siempre habría una pasional luna de miel. Y vaya que Raven sí anticipó aquella tradicional festividad, ¡Incluso compró un atuendo para la ocasión!. Sin embargo, a pesar de que había contraído nupcias desde hace casi dos días, Raven continuaba esperando por su noche de bodas como una mujer sedienta.

Su agobiante espera se debía al mismo quien se convirtió su esposo. Pues Damian Wayne fue incapaz de perder la oportunidad de seguir la pista de un criminal al cual ha estado persiguiendo por casi un año. Casualmente aquel dato llegó a las manos del actual Nightwing la misma noche en la cual estaban listos para partir a su luna de miel. Y sin pensarlo mucho, Damian desvió el jet privado con un nuevo destino; La Unión Soviética.

Olvidaron las cálidas y pasionales tierras de Italia para pasar una candente luna de miel en un maldito Igloo.

"Esta solo es una parada temporal."

"En una montaña abandonada Rusa. ¿Tu parada no pudo ser en Haiti?."

"Esta cabaña es una casa de seguridad." Damian enredó la manta que tenía cerca alrededor de Raven, en un esfuerzo en apaciguar sus temblores. "Desde aquí tengo acceso directo a todos los canales de comunicación que Harvey Dent utiliza. Unas cuantas horas más y toda su información será transferida a la computadora en la cueva. Padre se encargará del caso hasta entonces y para cuando menos lo pienses, ambos estaremos disfrutando de un buen vino a pie de la playa."

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