¿Por qué la amas?

Asiento Vacio

Una desventaja de ser un estudiante de universidad es tener el tiempo suficiente para estudiar y tener una vida personal, en especial a unos meses de graduarse. Últimamente solo he tenido mi vida universitaria y el inicio de mi vida laboral, nunca nadie te dice que después de todo el trabajo duro terminaría agotada y frustrada por conseguir un empleo decente antes de poder graduarme, incluso me siento decepcionada de mi misma al saber que eso tardará.

Al salir de mi apartamento esa mañana tomo mi bicicleta amarilla y comienzo mi dia tratando de ser positiva, pero lo único que me hace levantar mi ánimo es que hoy tengo un duro entrenamiento de cuatro horas, mi coach de atletismo ha insistido, dentro de unos meses serán las competencias nacionales y debo estar en forma.

Dejo mi bicicleta cerca del edificio de psicología, las canchas están más cerca de ahí, así me ahorraré un camino después de entrenar y no tendré que caminar tanto después de todo el esfuerzo que deberé de hacer. Camino por el campus un poco distraída, en realidad presiento que este no es mi día, incluso me siento extraña. Continuo mi camino hasta la clase de oratoria, donde encuentro a muchos estudiantes que conozco, es una lastima que ninguno de mis amigos haya querido tomar este curso.

Al llegar el aula está a medio llenar, pero por más tarde que se hace, más asientos se llenan, tengo entendido que muchos son reprobados y la clase está más allá de su capacidad, pero la profesora Spencer es de las más difíciles tratar, incluso para la administración de la universidad. Cuando pasan cinco minutos después de la hora de entrada y todos los asientos son ocupados, menos uno a mi lado, ya que he puesto mi maleta deportiva ahí, tengo que cuidarla y cargarla a toda costa, además, después de cinco minutos de la entrada, ya nadie entrará, nadie ocupará ese asiento vacío.

La profesora Spencer entra y lo primero que hace es anotar el tema de debate en la pizarra para después comenzar a hablar de su trabajo final, apunto todo a rápida velocidad, tratando de ser exacta con sus palabras, pero es inevitable equivocarme o dejar algunos puntos atrás, realmente estoy un poco distraída el día de hoy. Mi profesora es una mujer de mediana edad, exitosa y guapa, creo que es su cabello lo que la hace interesante, es un castaño claro, pero sus rasgos son suaves, parecería ser a primera vista una de las maestras dulces y comprensibles, pero en realidad es una perra. He tomado varias de sus clases, ella tiene éxito y es difícil no distraerme pensando en como lo ha hecho.

-Mañana recibiré todos sus ensayos -dice casi terminando y ve fijo a la clase. -En una semana los haré presentar ese ensayo, por lo que les recomiendo, piensen bien que escribir, que es lo que en realidad buscan expresar, no quiero...

Y es interrumpida por un toque suave en la puerta, que siempre permanece cerrada, al ir a abrir, lo primero que veo es la hermosa piel morena y después la figura de Matthew Cohen, su cara parece estar a punto de explotar y parece tener sudor en su frente, al igual que yo, lleva su mochila y su maleta deportiva, aunque también lleva una nota en una mano, oratoria es una clase interesante, pero en realidad, me he querido hacer sufrir un poco con tal de estar en una clase igual a la de Cohen, sabia que no estaba por aquí.

-¿Tiene una excusa creíble, señor Cohen? -dice la profesora cruzando sus brazos.

-De hecho si, tuve cita medica y el decano ha firmando -dice él extendido la nota que lleva en la mano hacia la profesora. -El equipo de fútbol ha tenido su revisión médica del mes, en verdad lamento llegar tarde, pero prometo que no volverá a pasar.

-Nunca más señor Cohen -dice la profesora dejando entrar al chico de piel morena al aula. -Tienes suerte de destacar en esta clase.

Cohen asiente y busca un lugar, pero no se mueve, la profesora Spencer hace lo mismo después de ver que aún no se ha sentado y es entonces cuando siento la sangre abandonar mi cuerpo y mi alma caminar lejos de mi, mierda.