Así es Barbara

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El sonido del teléfono no dejaba de sonar con su incesante canción de "demons" de Imagine Dragons como tono de llamada.

Saque mi brazo de la caliente sabana y lo estiré hacia el velador, buscando con mi mano el movil que cayó directo al suelo. Me froté los ojos con las manos, agarré el movil del suelo y me dispuse a contestar.

-¿Si?- Se escuchaba mi voz somnolienta y pastosa de recién levantada.

-Barbara, hija- Mi madre hablaba detrás del teléfono.- Haz las maletas, nos vamos de gira por seis meses.

-¿No me puedo quedar?- resoplé con fastidio.

-¿No quieres acompañar a tu adorable mamita?- Podía sentir su sonrisa y sus pestañas en movimiento detrás del teléfono.

-¿Tengo que responder a eso?- le dije.

Amo a mi madre pero su estilo de vida me hartaba un poco.

Yo soy Barbara Harnet, hija única de padres divorciados, Margot Harnet la súper modelo más codiciada y cotizada de la época y Jeremy Harnet el empresario multimillonario que comparte lista con su socio y mejor amigo Matt Dornan como los segundos más millonarios del mundo según la revista Forbes.

Mi vida no es nada normal, nunca había ido a un colegio, estudiaba con profesores particulares que se encargaban de mi enseñanza.

Mi mejor amiga Jessica casi vivía conmigo, éramos inseparables y ella me entendía mas que nadie ya que vivía como yo, su madre es diseñadora de modas y su padre un famoso director de cine.

En fin mi vida no era nada normal.

-Hija, si no quieres venir puedes quedarte con papá, sabes lo mucho que le gusta tenerte.- Me lo pensé tres segundos pero cuando iba a hablar ni madre me volvió a interrumpir.- No, no puedes quedarte sola en casa.

Me conocía muy bien...

-Esta bien, esta bien- repetí.- Me quedaré con papá.

-Bueno mi cielo, cuídate mucho y cuando quieras venir el Jet privado te esperará donde siempre ¿vale?-

-Si, mami- le respondí con cariño, la quiero mucho.

-Bueno, hoy comemos juntas y te dejo en casa de tu padre.

-Listo, adiós. Te quiero.

-Yo a ti cariño, nos vemos. Bye.- me dijo y colgué.

Estaba un poco resentida con mi padre por el divorcio, por eso casi no le hablaba pero estaba cansada de viajar con mi madre para una gira. Este año es crucial para mi, los exámenes de entrada a la universidad están a la vuelta de la esquina y no podía distraerme mas de lo necesario así que me levanté de la cama y caminé hacia el baño, prendí la ducha y dejé que la tina se llenara de agua tibia, mientras esperaba llamé a Jess.

-Mjmjshei- salieron sonidos inentendibles de su boca.

-Jess, soy yo- seguro seguía dormida.

-aja- me dijo adormilada.

-Ven a mi casa ya, quiero contarte algo-

Sentí el vibrar de mi movil y lo aparté de mi oreja, Jess me había enviado una imagen de ella al lado de un chico dormido semidesnudo guapísimo.

-Cabrona- le dije y escuché su risa en un susurro y me colgó.

Suspiré, me di cuenta que apenas eran las ocho de la mañana y me quité el pijama dejándolo en el suelo y me metí en la tina a relajarme.

Al salir del relajarte baño, me sequé el pelo con una toalla y me vestí con unos jeans azul claro y una blusa rosada sin mangas, convers cafés y unas cuantas pulseras.

Me acerqué a la pared y plasté un botón de un contestador que daba a la cocina.

-María, ¿podrías prepararme un sándwich de queso y jamón y una leche con chocolate por favor?- dije detrás del contestador.

-Claro que si mi niña- me contestó María.

-Y dile a Juana que suba a ayudarme con la maleta please, que me voy a la casa de mi padre por unos meses.

-En seguida le digo, señorita.

Juana y yo estábamos haciendo las maletas y metiendo en ellas todo lo esencial para estos seis meses, igual sabia que me iba a comprar mas ropa en ese tiempo pero mejor mas que menos.

Cuando terminamos un chofer ya me estaba esperando abajo, y me llevó directamente a un restaurante muy caro, en el que seguro estaba mi madre. Al bajarme los paparazzis en cada esquina tomando fotos y mi guardaespaldas enfrente mío procurando que no se acercaran. Esta era la consecuencia de la vida de mis padres. ¿cuándo podría ser una niña normal?

Yo se que a las personas normales les encantaría esta vida pero haber vivido 17 años en ella me suponía un gran fastidio.

Entre en el restaurante de lujo y visualicé a mi madre tan bella y elegante como siempre, un vestido veraniego suelto hasta los tobillos con estampados de flores de colores rosas, morados y azul dejaba ver una figura perfecta detrás de él y se amarraba en el cuello de mi madre, unas plataformas beige adornaban sus pies y unas gafas Chanel en su cabeza.

Mi madre es completamente perfecta...

Se levantó de su silla con una sonrisa y se acercó para abrazarme.

-Hola mami- me dio un beso en la frente.

Nos sentamos a comer, a veces me daba mucha envidia lo hermosa que era.

-Barbara, ¿te portaras bien con tu padre verdad?

-Claro que si mama, ya no tengo 15.

-Bueno, da gracias que se separó de la odiosa esa y no tendrás madrastra así que vivirás con el sola- me guiñó un ojo.

-Mejor, porque si ella estaba ahí, le haría la vida imposible- las dos reímos.

-Igual tu padre te adora más que a nadie, así que si esa zorra te hubiera molestado sabes que el la hubiera echado de casa- puse los ojos en blanco.

-No estoy muy segura de que el me quiera- y sin poder evitarlo me puse triste.

-Cariño, no digas eso, el te adora.- alargó su mano y la puso sobre la mía- siempre que me llama pregunta por ti, y me dice cuanto te quiere y que lo siente mucho y que te quiere en su vida. Dale una oportunidad, es tu padre- me sonrió.

-¿cómo puedes decir eso después de lo que nos hizo?- la miré mal frunciendo el ceño.

-Hija, no te lo hizo a ti, me lo hizo a mi. Tu no tienes nada que ver en eso- retiré mi mano molesta.

-Como sea- le dije.

La despedida fue larga, no iba a ver a mi madre en seis meses, aunque sabía que cuando quería solo cogería el jet privado y la iría a visitar.

Al terminar nos fuimos en direcciones diferentes, ella hacia el aeropuerto y yo hacia la mansión de mi padre.

Dentro del auto visualicé las rejas que se abrían para dejar ver un inmenso jardín delantero y al final de este una gran mansión y mi padre esperándome en la puerta volví a poner los ojos en blanco dentro del auto y salí de este con las gafas de sol puestas.

Mientras me acercaba observé a mi padre con los brazos abiertos esperando un abrazo que jamás llegaría.

-Jeremy- le dije y pasé a su lado sin decir nada más.

Escuché un suspiro venir de sus labios y una sonrisa triunfadora se asomó en los míos.

-Que dura- escuché una voz salir de la cocina y enseguida el hombre del que provenía esa voz tan varonil.

Era Matt, el amigo de mi padre, lo miré detenidamente de pies a cabeza, era increíblemente guapo.

¿pero en que estaba pensando?

Gire la cabeza y subí detrás de las maletas que llevaban unos empleados a la que iba a ser mi habitación.

¿Enamorado de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora