VAINILLA [Jikook]

2. Magic Shop

Jimin se llevó el teléfono a la oreja y escuchó cómo sonaba un par de veces, luego el clic de la llamada al conectarse y una suave voz femenina.

"Gracias por llamar a Magic Shop, donde te ayudamos a encontrar a la persona que estás buscando. ¿Cómo puedo ayudarte hoy?"

"UH Hola. Encontré su sitio web y estaba, um ... preguntando acerca de inscribirme en su servicio de búsqueda de parejas ".

"Sí señor, estaría feliz de ayudarlo con eso. ¿Está buscando ser un proveedor o un destinatario? "

"Destinatario." A Jimin le gustó eso, sonaba más casual que Sugar Baby.

"¿Puede darme su nombre completo?"

"Park Jimin".

"Está bien, ¿y cuál es su género y estado?"

"Omega masculino".

"¿Edad?"

"21."

"Está bien, estaremos encantados de programar una cita para que venga y entreviste, llene algunos documentos, tome algunas pruebas y tome fotografías de la carpeta de trabajos. Tengo una cita mañana por la tarde a las 3:30, ¿podrás asistir? "

"Sí. Puedo hacerlo." Eso fue perfecto, sus clases solo duraron hasta las 2:30 de mañana, así que tendría tiempo para llegar allí.

"Genial, lo pondré en el horario".

"Okey. ¿Necesito traer algo? ¿O algo que tenga que hacer antes de venir?

"Solo una forma válida de identificación y nos encargaremos de todo lo demás".

"Bueno, entonces, gracias."

"Gracias Señor."

Jimin colgó el teléfono y se sintió un poco raro por toda la situación. No estaba seguro de sentirse totalmente cómodo con la idea de dinero a cambio de sexo, pero no tenía otra opción. No era como si fuera una situación permanente. Solo necesitaba pagar sus facturas y encontrar otro trabajo legítimo, luego podría cancelar este arreglo y eso sería todo. Fue algo de una sola vez, y tal vez incluso sería un poco divertido. La idea de que alguien lo llevara de compras y lo llevara a restaurantes elegantes le parecía algo agradable. No estaba seguro exactamente de qué tipo de arreglo tendrían él y su potencial benefactor, por lo que no se preocuparía hasta que la preocupación fuera necesaria. Era algo que mucha gente debía hacer, si alguien hubiera hecho todo un negocio basado en ello.

Pasó la tarde en su nido, trabajando en sus deberes para sus clases de negocios. Cocinar era su pasión y lo que más quería hacer, pero si quería tener su propio restaurante, necesitaba saber cómo llevar un negocio. Su semana se dividió entre cursos culinarios y cursos de negocios. Odiaba tanto los cursos de negocios. Se basaban principalmente en las matemáticas y él odiaba las matemáticas con una pasión ardiente. Era del tipo que era mejor con las manos que con los números y los cálculos. Siempre le había impresionado la gente que era buena en matemáticas.

Por supuesto, no era estúpido, simplemente no tenía esa calculadora interna con la que algunas personas nacían y, por lo tanto, tenía que resolver las cosas a la antigua. Su tarea le ocupaba la mayor parte del día, pero a la hora de la cena finalmente había terminado con todo. Dejaría que se acumulara debido al trabajo, pero se sentía bien estar completamente hecho y no tener ningún estrés por tratar de terminarlo en el último minuto. Tal vez si todo el asunto del bebé de azúcar saliera bien, tendría más tiempo para sus deberes. Eso estaría bien.

Como aspirante a chef y estudiante de cocina, estaba un poco consternado por la frecuencia con la que comía ramen en la cena. Realmente fue porque era lo que podía pagar. Solía ​​cocinar para gran parte del personal después de las horas de práctica en el restaurante, y eso lo echaría de menos. Su diminuto apartamento tenía una pequeña estufa, pero no estaba equipada para cocinar de verdad. No tenía espacio en el mostrador para ningún tipo de preparación de comida real, ni espacio de almacenamiento para muchos ingredientes. Entonces fue ramen. Al menos fue cálido y rápido. Porque salir de su lugar cálido y acogedor en su nido fue terrible, pero regresar con su sopa caliente lo compensó.