Capítulo 2

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La maestra puso la bolsa con nuestros nombres encima del escritorio, comenzó a revolver, saco un nombre y el nombre que había sacado era el nombre de Rosa, la chica con la que todos querían estar.

-Rosa- dijo la maestra alegremente -Tu fuiste la elegida- mostró el papel hacia los alumnos y hacia Kim y Edgar 

Todos comenzaron a aplaudir mientras que Rosa se levantaba y caminaba hacia el frente del salón.

-¿Tienes algo que decir Rosa?- preguntó la maestra sin dejar de sonreír 

-Claro que tengo que decir algo maestra- dijo Rosa moviendo su cabello hacia atrás -Tengo que admitir que me siento halagada que haya salido en la rifa, con la suerte que tengo, era claro que iba a salir pero no puedo aceptarlo- dijo Rosa con una triste y falsa mueca 

-¿Porque Rosa?- preguntó la maestra algo preocupada

-Maestra- susurro Rosa acercándose a la maestra -¿Ya lo vio?- volteó Rosa a verlo -Podría matarme y soy muy bella para morir tan joven, así que no quero hacerlo- terminó por decir, volteo a ver a Edgar y se fue a sentar en su asiento sin decir una palabras más 

La maestra comenzó a preocuparse ya que Rosa había negado su participación hacia Edgar, ella había planeado que la o él primero que saliera, seria la única y además tenia a Kim y a Edgar en el salón sin que nadie quisiera participar con ellos.

-Bueno- dijo la maestra con una risa falsa -Tenemos un pequeño problema- sonriendo nerviosa dijo la maestra 

-¿Cual es el problema?- preguntó Kim acercándose a la maestra, dejando atrás a Edgar 

-Rosa no quiere estar con él, tiene miedo a que él la...- dijo la maestra pero no termino la frase 

-Oh- exclamó Kim -Entiendo- dijo viendo a los chicos y luego cruzó miradas con Aurora -Sera mejor que nos vayamos hijo- dijo Kim tomando de los hombros a Edgar

-¡Esperen!- gritó Aurora levantándose de su asiento

Todas las miradas se posaron en Aurora, sentía como las miradas la juzgaran por haberse levantado y gritado que el fenómeno del salón junto con su madre se detuvieran.

-¿Qué sucede señorita Aurora?- preguntó la maestra confundida 

-Quisiera ofrecerme para hacer el ensayo sobre Edgar- dijo Aurora segura de si misma 

Todos se quedaron bocabiertos, inclusive la maestra, ya que hace menos de 5 minutos, Aurora estaba dormida mientras que la maestra les contaba la historia de Edward y Kim. Mientras que Kim hacia una pequeña sonrisa y Edgar levantaba pocas veces la cabeza.

-¿Como?- volvió a preguntar la maestra 

-Si, quiero ofrecerme para hacer el ensayo sobre Edgar, a menos que alguien mas quiera hacerlo y lo rifa otra vez- dijo Aurora viendo a los demás esperando una respuesta 

Pero nadie le daba una respuesta, solo miradas raras y juzgonas ya que para los demás, Aurora también era un fenómeno para la sociedad. 

-Al parecer no hay nadie más maestra- dijo Aurora con una sonrisa en su rostro -Así que yo seré la que escriba sobre él- dijo volviéndose a sentar en su asiento

La maestra estaba aun impactada por lo que acababa de suceder, pero tenia que hacer algo para que no quedara en ridículo enfrente de todos los demás.

-Me parece genial señorita Aurora- dijo la maestra sonriendo más que nunca -Como ya tenemos quien se encargara de Edgar, en el buen sentido- dijo la maestra viendo a Kim mientras que ella solo le sonreía falsamente -Los demás pueden hacer su ensayo de lo que quieran y con esto terminamos la clase, pueden irse a sus casas- agregó la maestra acercándose a su escritorio y comenzar a guardar sus cosas 

Los primeros en salir, fueron Edgar y Kim, que agradecieron que la maestra le diera la oportunidad a Edgar a hacer nuevas amistades, aunque sea mediante un proyecto escolar. Después le siguieron los alumnos del salón, que no todos estaban de acuerdo con que Aurora se ofreciera para hacer el ensayo sobre Edgar, porque aunque ellas no quisieran estar cerca de Edgar, ellas sabían que el chico estaba guapo.

Cuando todos por fin salieron del salón, Aurora salió por la puerta principal, pero había sido tomada a la fuerza y llevada hacia la parte de atrás de la escuela por las chicas y chicos del salón.

-Solo mírenla- comentó una chica burlándose de Aurora 

-Es solo una chica rara que tiene que estar con el chico mas raro de la ciudad- comentó un chico del grupo también burlándose de ella 

-Bueno, bueno, bueno- dijo una chica acercándose a Aurora -La chica rara se ofreció a hacer el ensayo sobre el fenómeno de la ciudad- dijo Rosa burlándose -Era de esperarse, los raros siempre quieren estar juntos y eso siempre será así, solo que falta una cosa- dijo Rosa dando una media vuelta

Aurora seguía sin reaccionar, aunque ella ya estaba acostumbrada a que la trataran así de mal.

-¿Que hacen?- preguntó Aurora 

-Por fin respondió la chica rara- dijo Rosa dando una media vuelta con una sonrisa -Fue tan lindo que no dejaras solo el fenómeno ¿Verdad chicos?- Rosa vio a los demás con una cara de lástima -Pero les comentaba que te faltaba una cosa para que estuvieras igual que el fenómeno que la maestra trajo el día de hoy- Rosa dijo viendo fijamente a Aurora 

-¿Y que es eso?- preguntó Aurora incrédulamente 

-Las manos que el tiene- dijo Rosa sacando una navaja de su bolso 

Los chicos se espantaron un poco al ver como Rosa sostenía la navaja en sus manos.

-Sosténgala bien de las manos- dijo Rosa viendo a los chicos que se encontraban a los lados de Aurora 

Aurora, al ver la navaja en las manos de Rosa, trato de escapar pero los chicos la habían detenido antes de que pudiera salir de esa situación. Aurora seguía tratando de quitarse a los chicos de sus muñecas pero era casi imposible ya que ellos eran el doble que Aurora, mientras que Rosa se iba acercando con la navaja hacia Aurora.

-Rosa- dijo una de las chicas impactada 

-¿Esto es necesario?- dijo uno de los chicos que sostenía a Aurora de las manos preocupado 

-Cállense- dijo en voz alta Rosa -Ustedes accedieron a hacer esto, no sean unos cobardes y lo arruinen como siempre lo hacen- dijo Rosa molesta hacia los chicos 

Pero antes de que siguieran con lo que tenían planeado, alguien por detrás de todos hizo un gran ruido que todos se quedaron inmóviles, voltearon para ver quien era y cuando todos vieron quien era, salieron corriendo como si hubieran visto un fantasma en sus propias narices. 


Edgar: El joven manos de tijerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora