[Capítulo 1: Carta molesta]
Los lunes son los días más pesados para Jeon Jungkook, y como no serlo si a primera hora le tocaba con aquella profesora molesta que les jodía la existencia a sus alumnos, esa misma maestra que le impartía la tan apreciada materia de derecho empresarial y que lo había castigado millones de veces por encontrarlo en situaciones incómodas con sus compañeras.
Eso diría Jungkook si tuviera que explicar su visible mal humor de manera superficial, no obstante, tocando más a fondo dicho sentimiento y el causante de este, le molestaba el constante cambio de colores en sus contenedores de euforia. Está de más decir que ni siquiera su auto nuevo le ayudaba a sumergirse en ese estado agridulce llamado rojo, sinónimo de alegría.
Todo era patético y absurdo. Sobre todo, un lunes por la mañana.
-Bonito inicio de semana, joven Jeon- repite con burla Hoseok, burlándose por las incontables veces que la profesora Lee comenzaba sus regaños con aquella frase.
-Jodete Hobi- gruñe, abrazándose a la espalda de su mayor con pesadez.
Frunce el ceño al ver un cúmulo de alumnos alrededor de su pupitre, murmurando entre sí y escuchando bufidos de molestia de vez en cuando por parte de sus compañeras, parecían una manada de lobos hambrientos rodeando a su pobre y única presa. Solo por ese día, rogaba pasar desapercibido.
Verde, funciona. Pensaba mientras su apretaba los dientes y su lengua sufría por la irritación repentina.
-Apuesto toda mi mesada a que fue Eunha- escuchó decir a una chica, sino mal recuerda había salido con ella hace algunas semanas, no recordaba su nombre, pero sí esas bonitas piernas que tenía debajo de su falda escolar. Había comprobado lo firmes que eran cuando abrazaban sus caderas.
-¿Qué pasa aquí? - pregunta su amigo rubio, logrando que sus compañeros le dieran el pase para poder llegar a su mesa, toma asiento y con molestia mira a todos a su alrededor.
-¿Y bien? - pregunta, exasperado.
Yeji, quien fue su novia hace una semana, se sienta sobre sus piernas tendiéndole un sobre rosa con un sello deteniendo una flor.
Una carta bastante cursi para su gusto.
-Creí que tu estilo era... - una mueca de desagrado atraviesa el rostro de Jeon -...diferente- termina de decir, sonriendo con un poco de burla.
La chica ríe, enredando sus dedos en el sedoso cabello de Jungkook.
-No es mía, apareció en tu escritorio esta mañana.
Jeon sonríe, al parecer tenía una nueva admiradora, si bien podía ser bastante molesta con ese tipo de detalles, podría ser bonita o al menos tener un buen cuerpo. Había escuchado por los pasillos que Yuna daría una fiesta el fin de semana, podría invitarla a pasar un buen rato.
-¿Por qué no la lees, Kookie? - pregunta Yeji, Jungkook la fulmina con la mirada al escuchar de nuevo aquel apodo estúpido que ella le había puesto cuando salían.
Sus dedos abren con cuidado el sobre, le parecía un gesto tan malditamente empalagoso, pero no podía simplemente romper algo que seguramente le costó hacer a su admiradora. Era un cretino, pero no a ese extremo.
Una vez tuvo en sus manos la hoja de papel que tenían palabras aún más dulces, se arrepintió de haberle dado paso libre a su curiosidad y leer algo que le revolvió el estómago. No era más allá de diez líneas, sentimientos expresados en una caligrafía perfecta, y una propuesta teñida de romanticismo sacado de libros basura y llenos de ficción. Levanta a Yeji de sus piernas sin cuidado, dispuesto a tirar aquel pedazo de papel al cesto de basura, sin contar que Minho le arrebatara la carta y se subiera sobre el escritorio para leerla en voz alta frente a sus demás compañeros.
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Remitente equivocado
Short Story"No fui yo quien te buscó, tú no esperabas por mí, esto no es más que un desliz el destino, y lo sabes muy bien Jeon Jungkook"