Mi Esposa Quiere El Divorcio

Capítulo 40 Una ocasión feliz para un hombre

En mitad de la noche, Kou Jun se estaba quedando dormido cuando sintió lo que parecía un hombre sentado junto a su cama, ¡y su alerta militar le despertó al instante!

"¿Quién es?"

"Yo".

Kou An miró a Kou Jun de forma conspiradora.

Kou Jun se cubrió el corazón asustado, la ira en sus ojos no podía ser ignorada, "¿Qué pasa otra vez?"

Kou An no era el mismo de antes, desde que Kou Jun le había hecho tantas cosas mal, frente a él, Kou Jun era un tigre de papel, ¡ya no imponía!

Dijo en una sola palabra: "Quiero una manzana".

Kou Jun se levantó de la cama con rostro severo, fue a la cocina, abrió el frigorífico y lo escudriñó de arriba abajo. "Hay naranjas, pomelos, kiwis, uvas, sandías, plátanos y peras en el frigorífico, pero no hay manzanas, Kou An, lo has hecho a propósito, ¿no?".

Kouan no dijo nada y continuó mirándole de forma conspirativa.

Kou Jun cerró impotente la nevera y cogió su chaqueta: "Yo iré, tú espera en casa".

"¿Te atreves a regañarme?"

"¿Quién te ha regañado?"

"¡Has dicho "me voy"!"

"¡He dicho que me voy, no que me voy! Olvídalo, no te lo voy a explicar, me voy, ¡vale! Pequeño ancestro".

Kou Jun rebuscó, se cambió de ropa y bajó las escaleras "bla, bla, bla".

Mientras Kou An escuchaba el frenético descenso de Kou Jun, las comisuras de su boca se curvaron lentamente en una sonrisa, y su sombrío estado de ánimo mejoró poco a poco mientras encendía la televisión y veía tranquilamente Bob Esponja.

Media hora más tarde, Kou Jun volvió a casa con una bolsa de manzanas: "¡Nuo, está comprada, voy a lavarla por ti!".

Kouan dijo lenta y deliberadamente: "Pélalos por mí".

Kou Jun reprimió el fuego en su interior y no hizo ningún ruido, pelándolas obedientemente en la cocina.

Al cabo de un rato, Kou Jun le llevó la manzana a Kou An: "¡Come! ¡Joven Maestro Mayor!"

Kou An examinó la manzana: "Ayúdame a partirla por la mitad, la mitad cortada en trozos y la otra mitad pelada, para que no pueda comerla fácilmente".

Kou Jun miró fijamente a Kou An, con sus dos ojos prácticamente en llamas, durante un buen rato: "¡Bien, te la pelaré!".

......

Cuando se peló la manzana y se introdujo un palillo, Kou An probó un trozo y se erizó: "¡Está demasiado fría, no es buena para el estómago, ponla ahí! Será mejor que me lo coma por la mañana".

Después de decir eso, Kouan apagó el televisor de buen humor, volvió a su habitación y se acostó.

Kou Jun miró el reloj de la pared, eran las cuatro de la mañana, dejó la manzana en la mano sobre la mesita llena de resentimiento y volvió a la cama.

Al día siguiente, durante la reunión de la mañana, el secretario se quedó mirando las ojeras de Kou Zhun: "El presidente no descansó bien ayer, ¿eh?".

"¡Sí!" Kou Jun hizo girar el bolígrafo en su mano con aburrimiento. "Mi querido hermano tiene mal el estómago, sus gustos son un poco difíciles últimamente, cuando no se ocupa de la comida, vomita mucho, me pidió que comprara manzanas en medio de la noche, ¡e incluso cortó la mitad en trozos y cortó la mitad!"

"Jaja, ¿estás seguro de que es un malestar estomacal? Las personas con malestar estomacal suelen no tener apetito y no quieren comer nada, ¡estás hablando como mi esposa fuera así cuando estaba embarazada, cuando tenía gustos raros!"

"¿De qué estás hablando? Embarazada".

Kou Jun se levantó de golpe de su asiento y, en un relámpago, fue como si recordara algo.