C̶a̶s̶i̶ Acosadora [Jung Hoseok]

08

-¡Lo-lo-lo siento mucho... yo no...!

Dios, llévame contigo por favor.

-Eres más fuerte de lo que parece- ríe sobando la parte inflamada de su rostro.

¿Por qué? ¿Cómo? ¿QUÉ CARAJO? ¿Qué hace aquí Jung Hoseok?

Mis pensamientos se empalman uno tras otro en total caos. No sé qué me sorprende más, el verlo aquí o el hecho de justamente golpearlo a él.

Que alguien me mate.

-Pensé que no la volvería a ver, me da mucho gusto encontrarla, presidente.- sonríe dulcemente, de una forma que no puedo describir.

Por un segundo me perdí en su belleza otra vez, como aquel día que lo conocí. Su lindo rostro presumiendo la más hermosa de las sonrisas, llamando la atención de cualquier ser viviente. Es como verlo por primera vez, sus deslumbrantes y preciosos ojos almendra me provocan algo parecido a un dejavú. Entonces me di cuenta de lo mucho que lo había añorado realmente.

Desperté de mi pequeña ensoñación al verlo dejar de sonreir-Amm ¿es-estás bien?...- contuve las ganas de acariciar su herida mejilla -Discúlpame, no quise hacerlo... es que yo... no tenía idea de...

-Tranquila, he recibido peores golpes.- Se acercó demasiado para mi gusto. O más bien para mi salud cardíaca.

¿A caso sabes lo que provocas en mí?

Tragué en seco -Y... ¿estudias aquí?

-Sí, estudio música.

¿Música?

¿En serio?

Nunca lo imaginé.

Por lo poco que había descubierto de él observándole de lejos, pensé que era más probable que estudiase danza. No quise hacerme ilusiones en ese entonces.

-Eso... es genial, no creí que te gustara la música... bueno ¿a quién no? me-me refiero a que... no tenía idea de que... quisieras emm... estudiar eso.

Habla bien, estúpida.

-No tuvimos mucho tiempo para hablar esa vez.

Fue imposible para mí sostenerle la mirada, me ponía extremadamente nerviosa, más de lo que estaba proyectando por suerte. Mis ojos se mantenían clavados en el suelo. Tenía mucha vergüenza, su preciosa mejilla seguía enrojecida.

Que pecado.

Hubo un silencio largo e incómodo entre nosotros. Quería decir algo, pero me encontraba bloqueada, demasiado conmocionada para hacer o decir algo.

Gracias a Dios él rompió ese silencio.

-Y... ¿en qué carrera estás presidente?

-Umm, cine.- respondí apenas mirándolo por un segundo.