Capitulo 1.

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Sebastián.

Tengo que ir a clase, aunque no quiera porque quiero estar durmiendo en la cama hasta que me salga un corral en la cama. A las 10 entro en las clases. Me estoy poniendo la ropa que me toca hoy llevar que es un chándal porque hoy hay educación física. La educación física la oídio con todo mi ser. Cojo las cosas que tengo hoy de materias que no son tantas porque dentro de unas semanas hay vacaciones. Lo meto todo en la mochila y me la cuelgo en la espalda. Me miro en el espejo y me lio el pelo pasando mi mano por mi pelo poniéndomelo un poco lioso. Paro de mirarme en el espejo y bajo a la cocina para ir a por mí merienda. No hay nadie, de seguro Pablo se abra ido a trabajar o a hacer alguna cosa. Me hago mi merienda y me la meto en la mochila. Voy a la puerta y salgo. Veo a mi enemiga y en hace burla. Mientras que yo solo hago muecas. Me voy al colegio que está a una media hora de mi casa. Cuando voy andando pasa un coche por mi lado.

-        ¡vengador! –grita mi vecina sonriendo en la ventana de su coche.

Sonrió sin inercia sin controlarlo, y le saco la lengua a la chica que va en el coche que me sonríe. Sigo con mi camino a la escuela, no veo a ninguno de mis compañeros y lo encuentro muy raro. Entro en el colegio que esta la puerta abierta, miro a los pasillos y no hay ni rastro de nadie.

Esto es muy raro.

Camino y me dirijo a mi clase que está en el segundo piso, subo las escaleras y voy a la puerta donde está mi clase de lengua que es la primera asignatura que toca hoy. Abro la puerta y veo que no hay ni un alma.

¡ME ESTA DANDO YUYU!

Salgo de la clase y miro a los pasillos, no veo tampoco a nadie por ningún lado. Me estoy cagando en el día que mi madre me metió en el colegio. Voy por el pasillo mirando por todos lados sin ver a nadie. Creo que soy un miedica.

-        ¡bu! –grita alguien detrás mía cogiéndome del hombro.

-        ¡ah! –grito sobresaltándome.

Miro a ver quién es, es mi vecina, la que pone la música a las 4 de la mañana.

La miro serio, me sigue sonriendo como antes cuando la vi en su coche.

-        Tenías que haberte visto la cara. –se ríe como si no hubiera reído en su vida.

Yo la sigo mirando en silencio con el ceño fruncido. Ella sigue riéndose, aunque me vea con el ceño fruncido.

-        No me hagas eso en tun puñetera vida. –digo cabreado cruzándome de brazos.

-        Puedo hacer lo que quiera vengador. –dice sonriéndome-. Como si quiero besarte ahora mismo sin que tú me lo pidas. –dice ella mirándome diciéndome la verdad con su mirada.

Me pongo rojo cuando dice eso, yo no quisiera darme un beso con ella, aunque me pagaran 1.000.000 de euros. Se da cuenta de que me he puesto rojo como un tomate.

-        Te lo has creído. –dice riéndose-. Nunca te besaría ni, aunque seas el único chico que viviera en la tierra. –dice seria.

-        Yo no te besaría, aunque me enamorara de ti. –digo serio.

-        Vamos a hacer un reto. –dice ella sonriéndome y guiñándome un ojo.

-        ¿Qué reto? –pregunto enarcando una ceja, mirando a todos los lados por si hubiera alguien más que nosotros.

-        Que, si alguno de los dos se enamora del otro, el que se haya enamorado, tiene que hacer algo que el otro le ordene. –dice sonriéndome con esa sonrisa blanca.

Pienso un momento, yo de verdad sé que nunca me enamoraría de ella ni, aunque pasaran años. Ella será la que se enamore de mí. Hasta yo estoy enamorado de la chica popular del colegio.

-        Trato hecho. –digo y estrechamos la mano sonriéndonos el uno al otro.

-        Te aseguro que serás tú el primero que se enamore. –dice ella todavía estrechándome la mano.

-        O puede que seas tú. –digo separándonos nuestras manos.

-        Ya veremos querido enemigo vengador. –dice quitándome la mano rápido.

-        Ya lo veremos querida enemiga rockera. –digo y nos sonreímos del uno hacia el otro.

Todo comenzó a las 4 a.m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora