vaquitas y leche 𖦹 hyunmin

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Seungmin despierta cuando los rayos del sol son a penas visibles en la habitación, espanta cualquier rastro de sueño en su cuerpo y se asegura de cerrar las persianas antes de que la luz llegue al rostro del chico junto a él. Se levanta con cuidado de la cama, tratando de hacer el mínimo ruido, y dirige sus pasos hasta el vestidor. Coge las maletas que había preparado la noche anterior y echa una última mirada dentro para confirmar que no falte nada.

Su teléfono vibra y una voz entona un alegre saludo al contestar —Buenos días, cariño. ¿Hyunjinie ya ha despertado?

—Buenos días, mamá. Hyun sigue dormido, los chicos de la academia son cada vez más difíciles de sobrellevar, cayó rendido una vez llegamos a casa a media noche. —Contesta en voz baja.

Su madre suelta un suspiro antes de responder —Me imagino lo cansado que debe ser. No le hablaste sobre lo que harán hoy, ¿cierto?

Seungmin sonríe. No era fácil convencer a Hyunjin de ir a la casa de sus padres. El mayor adoraba a sus suegros, ellos no eran realmente el problema, el lugar donde vivían sí.

—Digamos que... Lo sabrá una vez esté sentado dentro de la camioneta, con el cinturón de seguridad bien puesto. —Suelta una risa baja, contagiando a su madre.

—De acuerdo, cariño, suerte con eso. Los esperaremos al medio día. Maneja con cuidado. —Cuelga una vez que Seungmin confirma haberla escuchado.

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Hyunjin baja de la camioneta y camina con rapidez de vuelta a la casa, trota sobre los escalones y engancha sus brazos con fuerza en una de las columnas delanteras. Se asegura de inhalar suficiente aire antes de finalmente pegar un grito dirigido al menor. —¡Me niego!

Seungmin lo mira con vergüenza desde la camioneta, negándose a bajar y sentir las miradas de burla de sus vecinos fizgones. No era la primera vez que aquél chico le hacía una rabieta a mitad de vecindario. Abre la puerta después de unos minutos en cuanto nota que los vecinos se han aburrido de observar la función que se ha armado su ruidoso novio.

Suspira con fuerza al encontrarse a centímetros de la trabajada espalda del mayor. Hyunjin gira su cabeza cuando siente unos brazos colarse por debajo de los suyos aferrándose a él con cariño. —No lograrás convencerme con eso y lo sabes.

Seungmin deja un pequeño beso en su nariz, provocandole un sonrojo. —Oh, cariño. Conozco todos tus puntos débiles. —Tararea antes de comenzar a repartir besos sobre el rostro del mayor. Picoteando un sinfín de veces sus labios.

—¿He perdido? —Entona embelesado ante los cariños que recibía.

El menor asiente con un movimiento de cabeza, soltando una risa. Engancha sus manos y los guía a ambos hasta la camioneta. Esta vez se asegura de colocar el seguro en todas las puertas luego de encender el motor. Y con una última sonrisa cargada de cariño, emprende camino por la carretera.

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El fuerte mugir de las vacas provoca un asustadizo grito en el chico dormilón. Seungmin, quien empezaba a descargar la camioneta, se acerca con un notable gesto de burla.

—Vaya, mi bello durmiente ha despertado. —Acerca su mano hasta la mejilla de Hyunjin, acariciando suavemente.

El mayor aparta la mano contraria con cuidado, bajando finalmente. Enrolla sus brazos alrededor de la cintura del chico y bosteza en cuanto coloca su mentón sobre el hombro frente a él —¿Dormí todo el camino hasta aquí?

—Lo hiciste. Luego de contarme un sinfín de posibles escenarios en los que Lilly te atacaría a penas llegaras.

Hyunjin suelta una risa sarcástica para después mirar con falsa molestia el menor. —No me recuerdes de nuevo a esa molesta gallina.