Seungmin se encuentra en la cocina tarareando una melodía pegadiza, mientras corta con delicadeza cada uno de los vegetales necesarios para la cena que prepararía para esa noche. Tanto él como Hyunjin tendrían clases al día siguiente, por lo que debían volver a la ciudad tan pronto el sol saliera por la mañana, así que habían decidido dar una cena para toda la familia como forma de despedida.
—Cariño. —Llama Seungmin al mayor, quien tenía la complicada tarea, según él, de pelar unas cuantas papas. —¿Podrías ir al huerto por algunas lechugas? No puedo dejar la olla en el fuego sin supervisión.
Hyunjin lo observa con falsa decepción al ser señalado indirectamente por su nulo conocimiento culinario. —Es decir que, ¿no confías en que yo pueda cuidar de que la comida no se queme?—Deberías preguntarle eso a la olla que utilizaste para aquella cena romántica de San Valentín, bebé. Ambos sabemos cuál será la respuesta. —Le hace recordar aquel vergonzoso acontecimiento del pasado. —Ahora ve, que esas lechugas no se cortan mágicamente.
El mayor le muestra la lengua en un gesto puramente infantil, toma una de las canastas que se encuentran apiladas a un costado de la puerta y sale de la casa en dirección al huerto. Camina entre brinquitos por el sendero accidentalmente marcado y balancea la canasta que lleva colgando del brazo, tal como Caperucita Roja camino a la casa de la abuela. Saluda con falsa valentía a los patos y gallinas que de pronto pasean a los costados de sus pies y apresura sus pasos en un intento de evitar ser asesinado por aquellas aves que le impedían llegar a su destino.
—Prepárense lechugas que hoy será su último día en la tierra. —Avisa a los inertes vegetales en cuanto pasa por la cerca que protege el huerto. —No tengo idea de cuál de todas ustedes está lista para cortar, pero supongo que me tendré que dejar llevar por las apariencias. Lo siento mucho chicas, no soy superficial, pero la situación lo amerita. ─Observa cada una de sus opciones sin prisa, asegurándose de que su elección sea buena. Continúa su solitaria charla sin sentido, llenando con ella el silencio que lo envolvía.
—¿Podría saber con quién se supone que hablas? —Cuestiona Seungmin con diversión saliendo de entre los árboles. Observa como Hyunjin tropieza del susto hacia las altas plantas de maíz que se encuentran tras él y suelta una inocente risa al ser el culpable de ello. —Ten cuidado, podrías lastimar a tus señoritas las lechugas.
Hyunjin recompone su postura, sacudiendo sus brazos y trasero que se encuentran ligeramente sucios de tierra y continúa con su labor sin mirar al menor, pero sin poder evitar que este note como la vergüenza lo consume. ─Creí que no podías salir de la cocina...
─Mamá te vio corriendo hacia acá. Dijo que lo mejor era venir a hacerte compañía antes de que alguno de los animales te provocara un infarto. ─Seungmin se agacha para ayudar al mayor. ─Admito que verte charlando con las lechugas fue algo realmente tierno, pero divertido a la vez.
Emprenden camino de vuelta a casa en cuanto acaban con la recolección. Al momento de pasar por los corrales, el mayor toma la mano de Seungmin en busca de protección y éste refuerza el agarre al entender esa pequeña petición silenciosa. Hyunjin agradece la acción con una sonrisa y su mente viaja a un momento del pasado, a una de las tantas sesiones con su antiguo psicólogo.
─Las personas solemos poseer un lugar seguro dentro de nuestras vidas. Un lugar de calidez abundante que nos brinde protección, seguridad y resguardo. ─Detiene su hablar un momento para observar con detenimiento a su paciente, quien parece estar enfrascado en sus pensamientos, pero oyéndolo atentamente. ─Un espacio al que acudimos cuando las sensaciones negativas comienzan a gobernarnos.
─Quiere decir que, ¿puede tratarse de mi casa o mi habitación? ─Cuestiona Hyunjin con la curiosidad latiendo en su interior al ser consciente de que no hay lugar al que encuentre como tal.
─No siempre se trata de un lugar físico, también puede tratarse de un espacio psíquico al cual puedas viajar en cualquier momento. ─Chris nota que aún no es capaz de disipar esa duda que sabe se encuentra incrustada en la mente del menor, por lo que se arriesga a soltar un poco más de su valiosa información. ─O bien... Puedes encontrar tu lugar seguro en una persona.
Los ojos del menor se iluminan al escuchar lo último y su psicólogo sabe que ha dado en el blanco.
Hyunjin veía en Seungmin un hogar. Seungmin era su lugar seguro y el único que necesitaba.
hola personitas(●'◡'●)ノ
¡feliz año nuevo! deseo que este año se encuentren a un paso más cerca de hacer realidad sus metas y sueños, nunca se desanimen y no dejen que la negatividad los aplaste.
en lo que respecta a este fic, pueden tomar este capítulo como un final, ya que como les comenté en el segundo cap, esto no estaba contemplado para ser más que un fic de un solo capítulo y realmente no es una historia en la que pueda profundizar mucho, pero no se preocupen, aún faltan algunos capítulos especiales.
les quiero mucho, gracias por leer<3
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vaquitas y leche 𖦹 hyunmin
Fanfic⌨︎; [vaquitas y leche] Seungmin tiene un novio berrinchudo que le teme a las gallinas. ★. capítulos cortos. ★. no se permiten adaptaciones ni copias. ★. posibles errores ortográficos y de redacción (soy consciente de ellos, pero no quiero editarlo...