𝙲𝚊𝚗'𝚝 𝚝𝚊𝚔𝚎 𝚖𝚢 𝚎𝚢𝚎𝚜 𝚘𝚏𝚏 𝚢𝚘𝚞 » [𝙷𝚊𝚗𝙺𝚗𝚘𝚠]

01.

Cada gota cayendo suavemente sobre el pavimento le hacía distraerse más, no había noción del tiempo, solo simples gotas cayendo suavemente sobre todo su alrededor, excepto sobre él pues se encontraba bajo el techo de la parada, esperando si algún autobús se dignaba a aparecer y llevarlo.

Podría irse caminando, pero, simplemente quería estar ahí, respirar y pensar, con calma. Frotó sus manos, mirando el cielo. Estaba gris, tan gris. Mordió su labio, su mente fluyendo a una enorme velocidad por minuto, con tantas cosas en las que pensar, pero, iba en el saber a que darle importancia y centro. Exhaló un poco, viendo las pequeñas nubes de vaho formarse. Hacía tanto frío, sus dedos comenzaban a ponerse rojos. Los movió, viendo el camino, vacío, sin rastro alguno de un autobús. Pensó en las probabilidades si es que decidía ir a casa a pie.

Su papá iba a estar muy ocupado trabajando, tratando de repartirse entre el cuidado del bebé y el papeleo. Iba 30 minutos tarde, y pronto comenzaría a llamarle, con esa voz tan exhausta. "¿Dónde estás? Sabes que no me molesta quedarme con él pero... Estoy bastante atrasado y ya me regañaron por tardarme en entregar esto". Al menos, con la lluvia la gente había acudido desesperada por café y un lugar dónde abrigarse, así que las propinas en su bolsillo eran bastantes. Inhaló, decidido y partió su camino a casa. Su hijo le esperaba en casa y debía cumplir con sus responsabilidades hogareñas. Ya era suficiente el abuso a la amabilidad de su padre. Apresuro su paso, tratando de mojarse lo menos posible.

En cuanto ya estuvo frente a su casa, abrió, con la mano temblándole de frío. Se apresuro a cerrar y quitarse la chaqueta empapada, abrió para dejarla colgada fuera y volvió a cerrar, ahora, quitándose los zapatos.

- ¡Llegué! Perdón la tardanza, no pasaba ningún autobús. – se excusó, sin escuchar respuesta. Alzó la ceja, algo confundido. Entró al salón y su padre dormía, con el bebé en su pecho, bien sujeto. Los papeles descansaban en la mesita. Los ojos de su bebé estaban rojitos por el rededor y había marquitas de lágrimas. Junto a ellos había varios juguetes, un chupete, el biberón y un pañal. Sonrió y tomó con suavidad a su hijo, alertando al hombre. Quién suspiro con alivio al verle.

-Dios que susto me diste.

- Lo siento papá. – dijo y acarició el cabello del pequeño, quién con su pequeña mano sujeto su camiseta. – Perdón por la tardanza, tuve que venirme a pie, no pasaban autobuses.

-No te preocupes, nos tomamos una buena siesta con el chiquillo. – dijo y rió suavemente. El joven sonrió y dejó al bebé en un pequeño rincón donde había mantas.

- ¿Tienes hambre? Haré la cena. – dijo encendiendo la calefacción.

- Hoy... Llamaron. – informó, con cuidado.

- ¿Ah sí? ¿Quiénes? – preguntó, con sus manos temblando al lavar los vegetales. Un pequeño presentimiento le advertía que no traía nada bueno el tono de su padre.

- De la oficina de protección. – dijo. – Ella... Esa asistente insiste en verte, dice que es mejor para ti considerar esa opción. – dijo. El menor mordió su labio. – Sabes que estaré contigo en lo que decidas...

Asintió, pelando las verduras y cortándolas, aguantando el nudo en su garganta.

¿Por qué no le veían capaz de cuidar a su hijo?

¿Era su edad acaso? Si, aún no era mayor de edad, pero podía cuidar de su bebé. Llevaba cuidándolo ya 7 meses. Había cuidado bien de él cuándo estuvo en gestación. Sus notas eran buenas, tenía un trabajo, su padre cuidaba de ellos y lo apoyaba. ¿Por qué querían quitárselo?

Todas esas insistencias de esa mujer

"Deberías entregarlo en adopción... Estaría mejor con una pareja en mejor situación, que puedan mantenerle. Necesita una madre."