Ambos coincidimos en algo, hagamos una alianza y arreglemos este terrible desastre.
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[Editando] la historia seguirá igual de random, random pero editada.
Shipp principal: AmeRus/rusame
[La portada no me pertenece]
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La puerta fue abierta dejando ver a aquella organización que en rostro tenía dibujada una amable sonrisa. Todos, sin excepción, se levantaron de su lugar para darle la correspondiente bienvenida a la organización.
-good morning, será mejor que iniciemos- propuso sonriente, mientras levantaba unos papeles.
[...]
La reunión está por acabar y el chino ponía suma atención, eso hasta que notó como la nipona dibuja a rusia junto a el montando un oso panda mientras Chile les lanzaba tacos y México se lanzaba miradas coquetas con alemania, todos en un estilo anime, colocando en el chino una mueca confusa.
[...]
La reunión había finalizado, el cielo estaba algo nublado y con eso el eurosiatico se levanto y se despidió del venezolano con una sonrisa, a la distancia siendo correspondido con esa misma tenue sonrisa que había mantenido durante todo el día.
Tomo un par de cosas y salió en dirección a la oficina de ONU, al parecer había algo que hablar con el.
-oye, come perros- susurro el mexicano picando la mejilla del nombrado.
- ¿Que sucede?- cuestiono tranquilo, acomodando un par de cosas que había ocupado para la reunión.
-¿No has notado que aquí hay gato encerrado?- inquirió con una extraña seriedad.
-pues si estás tan seguro, lo mejor que puedes hacer es liberarlo- levanto una ceja en muestra de obviedad.
- ¡No imbecil, no lo decía literal!- alzó un poco la voz.
- ¿Entonces?-.
-algo raro está pasando, cuando acabe todo esto necesito que me si- - el chino lo detuvo antes de que pudiera terminar.
- no, no, no, la última vez casi tuve que dar una multa de 100 millones de dólares, ¿sabes acaso cuánto es eso?- bufo con molestia,
-espera, está vez hablo enserio, trata de rusia tu crush platonico cabron, que por cierto, no creas que no me di cuenta que se te ponía durango y con una foto te la jalisco- el asiático solo se colocó tan rojo como su bandera por aquellas palabras - entonces, ¿Me ayudarás a ver qué pasa o no?- el asiático asintió varias veces.
[...]
El rato había pasado y el eurosiatico salía de la oficina de aquella organización con sus ojos cristalinos, los cuales se mantuvieron amenazando con soltar una gran cantidad de gotas saladas. Al ruso nunca le importó lo que dijesen de él, además, siempre fue conocido por ser alguien serio y de pocos amigos (claro, hasta que apareció el venezolano), pero realmente las únicas personas que pueden dañarlo hasta el punto de hacerlo llorar eran sus hermanos y cierto chico de melena rubia y despeinada.