(TN), una chica de 17 años de edad. Era la unica hija del señor y la señora Beoriegui, una importante familia y de las mas ricas del lugar. Los padres de (TN) tenian millones, por lo que la chica era la envidia de muchas otras chicas de su edad, pero a ella lo que menos le importaba era el dinero. (TN) queria tener una vida normal, asistir a la escuela, tener amigos, salir a divertirse con chicos de su edad, y lo mas importante para ella, encontrar el amor antes de que sus padres lo hicieran por ella y la obligaran a casarse con algun joven millonario para unir ambos bienes sin importar lo que ella pensara.
*Narras*
Desperté. Como todas las mañanas, Martha, una de las tantas empleadas de la casa, tenia preparada mi tina de baño para que yo pudiera ducharme, despues venia el desayuno, las clases y, por la tarde, algunas reuniones de mis padres con sus socios a las que yo tenia que asistir.
Estaba harta de mi vida. Queria salir de ahí, hacer amigos con quienes divertirme, asistir a una de las tantas escuelas del lugar, pero no, mi vida era todo lo contrario, solo salia de casa cuando acompañaba a mis padres a sus aburridas reuniones, el unico amigo que tenia era Tom, mi mayordomo y la persona que siempre estaba conmigo y me apoyaba y en lugar de asistir a una escuela tenia clases privadas en mi casa. Esa no es la vida que una chica de mi edad quiera tener. Era la envidia de varias, no lo niego, pero tambien yo las envidiaba a ellas, en especial por el amor que ellas tenian y a mi me faltaba. Mis padres siempre estaban ocupados y sin tiempo para mi, en lo unico en lo que pensaban era en sus importantes negocios y en conseguir un buen prospecto de esposo para mi, querian a alguien que fuera de una familia tan importante como la nuestra, que fuera millonario y que fuera de su agrado, no se ponian a pensar que era lo que yo queria, creian que con todo lo que tenia y la fortuna que heredaria al cumplir mi mayoria de edad, seria completamente feliz, pero no, a mi no me importaba el dinero, yo solo queria... AMOR VERDADERO.
-(TN), cariño ¿Estas lista?- preguntaba mi madre desde la puerta de mi habitacion
Martha se encontraba conmigo, ayudandome a colocarme ese molesto corset que tenia que portar siempre debajo de la ropa.
Mamá entró y ordenó a Martha que se retirara, ahora ella me ayudaria.
-Quita esa cara- dijo mi madre al verme -Deberias estar feliz y sobre todo agradecida con el hijo de los Miller por aceptar ser tu esposo-
Asi es, mis padres habian acordado con la familia Miller, otra de las mas prestigiosas familias del lugar, que su hijo y yo contrajeramos matrimonio, uniendo nuestros bienes para ser una misma familia y ser respetada por las personas por todos los millones que poseiamos.
-¿Porque tengo que hacerlo? Nisiquiera lo conozco ni él a mi, no sabemos si no agradaremos el uno al otro- respondi mientras mi madre subia el cierre de mi vestido
-Es por eso que hoy cenaremos con ellos, para formalizar el compromiso y puedan conocerce-
-No quiero, no quiero casarme con un desconocido ¿Acaso no les importo?- dije un poco molesta
-Porsupuesto que nos importas, es por eso que lo hacemos. Todo lo hacemos por ti, para que puedas tener lo que desees y tengas una vida feliz-
-Lo unico que necesito para ser feliz es amor, el amor de papá y tuyo, y de un hombre al que yo elija para pasar el resto de mi vida con él. No quiero dinero, ¡el dinero no lo es todo madre!-
-No te atrevas a hablarme asi de nuevo- dijo mi madre molesta despues de darme una bofetada -Harás lo que tu padre y yo creemos adecuado para ti y punto, asi que termina de arreglarte y en 5 minutos te espero en el auto- salió molesta de mi habitacion cerrando la puerta tras ella
"¿Porque? ¿Porque a nadie le importaba lo que yo pensaba? Solo les importaba el dinero."
Termine de arreglarme, pues no habia forma de evitar la cena de esta noche. A los pocos minutos mis padres y yo ibamos rumbo a la mansion Miller, a conocer a mi futuro esposo...
Llegamos. Apenas bajamos del auto, los empleados de los Miller nos invitaron a pasar, dentro ya nos esperaban.
Los señores Miller eran igual a mis padres, solo les importaba el dinero y lo unico que hacian era conversar sobre lo que harian cuando fueran una misma familia.
-Me da gusto conocerte (TN)- dijo la señora Miller despues de un momento -Eres tan bella como tus padres nos habian contado, estoy segura que seras la esposa perfecta-
-Asi es- agrego el señor Miller -Nuestro hijo quedara encantado al conocerte, no se arrepentira de haber aceptado ser tu esposo-
-De eso puedes estar seguro padre- dijo una voz llegando junto a nosotros
Pocos segundos despues tenia al chico, dueño de esa voz, frente a mi. Un chico alto, delgado, ojos brillantes y de un marron oscuro, cabello lacio y negro y labios rosados y bien delineados.
-Permitame presentarme señorita Beoriegui, soy Joseph Miller- dijo aquel chico tomando mi mano y depositando un pequeño beso en ella
-Un gusto conocerlo señor Miller- dije solo por educacion, ya que no era un gusto, por lo menos para mi
-El gusto es mio- me sonrio -Pero por favor, llamame Joseph- me miró, su mirada me ponia nerviosa, pero trate de no darme a notar
-Bien, ya que estamos todos presentes, pasemos al comedor- nos invito la señora Miller
Todos tomamos asiento, frente a mi estaba Joseph, que no dejaba de mirarme.
-Ustedes hacen una hermosa pareja, chicos- comentó mi madre
-Sin mencionar todo lo que ambos heredaran cuando nosotros faltemos- agregó el señor Miller -Tendran millones para ser felices y formar su propia familia- nos miro a ambos sonriendo
-Y ¿Para cuando les gustaria la ceremonia?- pregunto mi padre
-Yo diria que en dos meses, entre mas pronto mejor- respondio la señora Miller
-En dos meses esta perfecto, o ¿Tu que opinas Joseph?- pregunto mi madre
-Me parce muy bien, aunque si por mi fuera me casaria mañana mismo- dijo mientras me miraba fijamente y acariciaba mi mano sobre la mesa, yo solo le sonrei
-Eres tan amable Joseph- agrego mi padre
-¿Y tu que opinas (TN)?- se dirigio a mi el señor Miller
Me moria de ganas de levantarme y decirle a todos lo que de verdad pensaba sobre esto, pero antes de poder articular cualquier palabra senti la mirada amenazante de mi madre sobre mi. Premaneci en silencio por unos segundos y sin tener otra alternativa respondi positivamente.
-Me parece bien- dije seria, tanto que lo notaron
-Linda ¿Te sientes bien?- me pregunto la señora Miller
-Si, estoy bien, solo un poco nerviosa por todo esto, es todo- menti
-Es normal, estas a poco tiempo de casarte, pero tu no tienes que preocuparte por nada, tu madre y yo nos haremos cargo- le dedique una media sonrisa y mire hacia otro lado
Queria salir de ahí lo antes posible, no soportaba mas estar escuchandolos hablar sobre sus bienes y todo eso, hasta Joseph era asi, es por eso que mis padres lo habian elegido para mi, porque era exactamente igual que ellos, sin dinero no vivian.
Pasaron algunos minutos mas en la cena, para mi era eterno, no habia otro tema en su conversacion que no fueran sus millones. Joseph seguia mirandome, lo cual comenzaba a incomodarme, de vez en cuando me dedicaba algunas palabras, yo solo me limitaba a sonreir. Horas despues por fin salimos de ese lugar dirigiendonos de nuevo a casa, lo unico que queria era encerrarme en mi habitacion y llorar, llorar hasta sacar todo el coraje que cargaba dentro, desahogar todo el dolor que sentia por no tener a nadie a quien importarle.