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Caminaba sin rumbo alguno por las extensas calles de su vecindario, buscando entre ellas, el regalo ideal que fuera acorde a su tercer aniversario

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Caminaba sin rumbo alguno por las extensas calles de su vecindario, buscando entre ellas, el regalo ideal que fuera acorde a su tercer aniversario.

Desde días atrás, había considerado buscar algo extremadamente caro, pues cabe mencionar que el dinero no le faltaba, sin embargo, con el pasar de los segundos, minutos y horas, se percató de que en realidad no necesitaba un obsequio que costara las perlas de la virgen.

MíngHào era un chico sencillo, aunque algunas veces sus outfits dieran a entender otra cosa y por ende fuera molestado por Jun, su mejor amigo. Solía esconderse en un aire serio y frío con quienes no lo conocieran a fondo, pero si formabas parte de su pequeño círculo social, claramente de darías cuenta de que es todo lo contrario, cosa que MinGyu puede confirmar, pues de tanto molestarlo, pudo romper esa barrera de hielo que el chino tenía con él.

Aunque eso implicara que estuviera fuera de sus casillas.

Solía ser tramposo cuando a la mafia jugaban, aunque en en realidad, no fuera necesario usar sus técnicas, pues al ser demasiado callado, todos lo pasaban por alto y por ende no sospechaban nunca de él.

En el instituto, era conocido por ser el chico estrella de la carrera de Corte y Confección, ya que, en los festivales escolares, solía lucirse con los trajes que hacía para los talleres de baile, canto y rap.

Por fuera, mostraba un aura seria y fría como se dijo anteriormente, causando a que algunos estudiantes le tuvieran miedo, pues las malas lenguas solían decir que era parte de una mafia junto con Jun, cosa que el menor consideró absurda en cuanto aquel rumor llegó a sus oídos.

Tenía a sus pies tanto a chicas como a chicos, aunque en realidad no lo buscaran para tener algo serio y formal, pues todo aquel que se le declaraba era directo y le decía que sólo lo quería para una noche, aparte de que se querían colgar de la fama que tenía.

Y obviamente el chino los rechazaba diciendo:

'Deja de andar limpiando mis zapatos con tu lengua, no me interesa tener absolutamente nada contigo'

Y por obvias razones, las personas se indignaban, pero al final de cuentas, el triunfante en la situación era MíngHào.

Quiénes lo conocían desde hace años, son capaces de jurar que Xú es todo lo contrario a lo que suele mostrar, pues a pesar de no demostrar demasiado afecto con sus amigos en público, eran consientes de que en el fondo los quería, a su manera pero lo hacía.

A pesar de ser uno de los más pequeños del grupo, a veces su lado tierno y protector salía a flote, pues a pesar de no entender bien el idioma coreano, eso no le era impedimento para proteger a aquellos que formaban parte de su vida y corazón.

Xú MíngHào, era caracterizado en su círculo social por estar al pendiente de sus seres queridos, poniéndolos siempre primero antes que él.

Cuando SoonYoung conoció al pelinegro, se dió cuenta de aquellos pequeños detalles que lo hacían único ante los demás, no olvidando su característico mullet, el cuál lo hacía ver de infarto. Obviamente Kwon debía reconocer que la belleza del extranjero no era admirada por todos y eso entristecía a su sensible corazón, sin embargo, él si fue capaz de reconocer que las facciones únicas de MíngHào, fue una de las tantas cosas que llamó su atención, ya que, la cosa más primordial fue el trato amable y tierno que tuvo el pelinegro con él.

⇻ Rosas Eternas ♡ SoonHao ♡ ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora