Parte única.

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Hay tantas, pero tantas cosas que Megumi quiere saber y al mismo tiempo ignorar. Cosas que le preocupan, que lo intrigan o que sencillamente le aterran.

(Le aterran y quiere ocultarlo y sepultarlo).

Pero también hay cosas, pequeñas pero simples que parecen absolutamente maravillosas y que de ser posible tocarlas y sostenerlas, lo haría. Cosas, que en algún punto miró por sobre el hombro y le parecieron insignificantes pero que con el paso del tiempo, aprendió a no juzgar y tomarse un momento para contemplarlas.

(Como quien contempla un cielo despejado y se pierde en su inmensidad celeste).

Y si los sentimientos pudiesen volverse un objeto tangible, seguramente serían piedras.

Y él sostendría las más oscuras semejantes al carbón. Piedras teñidas en decepción, tristeza, dolor, ira, odio, rencor, soberbia y vergüenza; filosas y pesadas que acabarían por herir y hacer sangrar sus manos.

Y Tsumiki en cambio tendría las piedras más pequeñas, ligeras y blancas cual cuarzo.

Empero, Tsumiki le quita las piedras negras de una mano y le deja parte de las suyas en su llagada mano. Todo, con una sonrisa de cariño inoxidable.

(Aunque a veces se esté desgarrando un poco pero no al punto de romperse por completo).

Y entonces, Megumi tiene más piedras blancas que negras y Tsumiki más piedras negras que blancas.

(Y está bien.

Y– está bien, Megumi. Siempre puedes quedarte con todas mis piedras).

Y entonces Megumi mira las piedras en sus manos luego de que Tsumiki se fuera sin querer, apretándolas con suavidad.

(Pero de qué sirve tener piedras blancas si no significan nada ahora que te has ido).

-Traumada Taisho

Fue improvisado, pero espero te haya gustado. He aquí uno de tus pedidos.

Piedras [Megumi & Tsumiki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora