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La lluvia caía mientras el frío inundaba mi cuerpo.

En medio de gota a gota visualicé tu rostro, ¿Estaba alucinando, o era  verdad que aquí estabas?

Iba a acariciar tu rostro, y en el momento que mis ilusiones estaban por los cielos, la realidad, de un golpe,  hizo que despertara de aquel sueño vivo.

Sí, seguía lloviendo,  el frío aún me pegaba,  pero... ¿Dónde estabas tú? ¿A dónde te habías ido? ¿Fuí yo la causante de que te fueras?

Aunque muy en el fondo de mí sabía que tu no querías que te buscara,  yo quería encontrarte.

Torturándome con las ganas de estar contigo y tú siendo feliz con ella.

Lo comprendí,  aquella lluvia del 19 de octubre me dijo que tu estabas feliz, y que yo estaba condenada a seguir siendo: Un alma en pena.

Lo comprendí,  aquella lluvia del 19 de octubre me dijo que tu estabas feliz, y que yo estaba condenada a seguir siendo: Un alma en pena

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Un Alma En Pena ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora