Se habia dirigido a la iglesia como cada domingo, pero esta vez con una inclinación diferente a oir la epifania del parroco. Se abrió paso entre la gente para llegar a la parte trasera de la iglesia por la zona exterior. Llegó nates de que se cerrara la puerta de la sancristía. Ese viejo rechoncho del sacristán, siempre salia a esa hora para ver a las muchachas lavar la ropa en el rio. Logró meter el pie en el hueco de la puerta, delicadamente la emujo para que se entraviera un poco mas y asi pasar. Una vez dentro la cerró, todo iba según el plan. Solo quedaba echar el polvo de ricino en el vino y en las hostias. Busco en el armario el vino, encontrandolo detras de las casullas. Abrió el tapón y echó casi la mitad del bote donde se hallaba el veneno. Le pusi el corcho y lo agito para que se mezclará bien. Lo colocó todo de nuevo en su sitio, y se dirigió a la puerta que daba a la capilla. Ya allí se fue al sagrario. Se colocó delante de él y abrió la pequeña puerta . Sacó la patena con las hostias y espolvoreo lo que quedaba en el botecito encima de ellas. Dejando todo en su sitio, para ocultarse dentro de un confesionario cercano. Allí agyardo hasta que empezo a oir los gritos de horror y panico de la gente, por la situación que estaba aconteciendo. Una sonrisa se formó en su rostro. Salio de su escondrijo, y se dirgio a la salida donde la mayor parte de los feligreses se amontonaron intentado salir, pobres almas en degracia no sabian lo que les esperaba.
Autor: En un principio intente que en vez de envenenamiento fuera un atentado, todo en un principio todo fue bien hasta investige para saber donde poner la bomba, pero no encontre un lugar donde todo se derrubaria. Ademas el ricino es un veneno pontente y rapido.
Editor: Mira que los terroristas han intentado volar una iglesia y tu en 5 minutos ya te colaste dentro de una, sin que la bomba sea dectetada. Ademas pobre cura.