Aún eran jóvenes cuando presenció su sonrojo por primera vez. Lan Wangji, un adolescente en ese entonces batallaba con los poco y tempranos signos de su indeseado afecto hacia el embustero Wei Wuxian, luchaba con su avasallante presencia.
Su primer encuentro fue un desastre, al igual que sus momentos dentro y fuera del aula de clases con el aludido llamándolo una y otra vez, intentando captar su atención de manera irrazonable.
Y posteriormente dió inicio ese mes en donde lo habían pasado en el pabellón de la biblioteca luego de clases, el cual, asimismo fue, donde descubrió la belleza de las mejillas rosadas del loto y su sonrisa avergonzada.
"Lan Zhan. Hey, Lan Zhan. Nos sentamos aquí cada día pero, sin importar lo que diga o pregunte, no me mirarás. Vamos, ya ha pasado una semana." Como era habitual, Wei Ying se ubicó frente a él, garabateando en el papel que debería estar repleto de las reglas de la secta GusuLan transcritas e implorando por su atención al igual que un niño. Como siempre, el jade se mantuvo escribiendo y tuvo que pelear contra la necesidad de partir su pincel a la mitad y gritarle al molesto chico.
En efecto, una semana, y ya estaba deseando que este mes terminara pronto, aunque tampoco quería eso ¿Por qué era tan confuso?
El de ojos plata era extenuante, demasiado extenuante. Nunca se había sentido así de molesto, confuso y exaltado a la vez y cada día parecía empeorar. Incluso se había, de momento, cansado de silenciarlo.
"¿Lan Zhan? Hey, ¡Lan Zhan...! ¿Mírame? ¿Siquiera sabes cómo luzco?"
El quejumbroso chico se negó a detener sus pedidos de atención. "Lan Zhan. Sólo mírame y seré feliz."
Finalmente suspiró, apretando el objeto con el que estaba escribiendo en su mano y alzó la cabeza, observando al contrario fijamente. El otro le devolvió la mirada, sonriendo.
"¡Finalmente me miraste!" Lan Wangji no apartó su mirada. Continuó observándolo, leyendo cada uno de los gestos en su rostro. La sonrisa de Wei Ying se tensó cuando el primero no apartó sus ojos.
"Finalmente me estás mirando. Soy hermoso, ¿no?" Dijo juguetonamente, mas el de túnicas blancas ignoró su acostumbrada confianza y burlona actitud. Siguió viéndolo fijamente. El loto fue el primero en apartar sus orbes y rió incómodamente.
"Ya no puedes apartar tu mirada, lo entiendo. Intentemos dar un paso en nuestra relación. Una conversación. Dime algo de tu tío. Me da curiosidad." No hubo respuesta, sin embargo, el jade se negaba a quitar su mirada. Se mantuvo analizando el rostro del loto.
"O... no. Puedes contarme de ti, entonces. O tu hermano. Tu hermano. Parece agradable, muy amable." Aún ninguna palabra provino de Lan Wangji, sólo le miró fijamente y mientras más lo veía, mejor pudo notar cada pequeño detalle, y aquél que pudo apreciar mejor fue el nerviosismo perforando a través de ese usual muro de confianza.
"Ya deja de mirarme, ya ya. Lan Zhan, basta." Rió débilmente con incomodidad, pero el sonrojo en su rostro era ahora mucho más visible. Lan Wangji luchó con la necesidad de sonreír al notarlo y mantener su expresión habitual, todavía mirándolo sin intenciones de desviar sus orbes doradas. Siquiera estaba actuando como si lo estuviera viendo, ya que realmente lo estaba haciendo, bebiendo de los pequeños detalles de su piel, ojos, cabello y labios.
"No te volveré a pedir que me mires. No seas así." Wei Wuxian ocultó su rostro detrás de una mano, no obstante, el tenue color rojo en sus mejillas ya estaba presente, era notable.
Intrigado, el jade continuó observándolo, ya no sólo con la intención de mirarlo hasta que se derrumbara, sino que el verlo tímido y sonrojado únicamente por la manera en que lo miraba- no podía recordar algo tan hermoso y satisfactorio.
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Blush | TRADUCCIÓN
FanfictionLan Wangji no olvida lo maravilloso que es un Wei Wuxian sonrojado; algo que descubrió en sus años de adolescente pero temió explorar por sus desbordantes sentimientos. Ahora que estaban propiamente casados, veremos si es capaz de recordar el cómo l...