Temari miró al espejo.
Vio de nuevo un reflejo que no era el suyo. Aun no se acostumbraba, pero sabía que él nunca la dejaría.
Sin embargo, esta vez fue diferente.
Shikamaru le guiñó el ojo.
- ¿Qué me quieres decir?
Él no le respondió. En su lugar él miró hacia la derecha obligándola a hacer lo mismo. Ahí, Temari vio algo que no recordaba haber llevado a su habitación. Había estado segura de que había sido un sueño....
Bueno, ahora ya no estaba tan segura.
Sonriendo se esforzó por mirar de nuevo al espejo.
- ¿Así que después de un año vienes a reclamarme? De muerto eres más vago que en vida.
Sintió el frio cuchillo en su cuello a pesar de no recordar haberse movido. Frente a si, la imagen le mostraba cómo poco a poco la sangre empezaba a brotar sin prisas. El dolor llegó progresivamente.
- ¿Y ahora qué demonios quieres que haga? ¿Me curo? ¿O quieres que te vaya a hacer compañía, idiota? – Dijo ella tomando acción y yendo al botiquín. No le tenía miedo, había aprendido a vivir con su reflejo culposo desde hacía un año. Siempre ladraba pero nunca mordía.
Sin embargo, cuando encontró la gasa para sellar la herida, notó que sus dedos se quedaron rígidos. Los implementos cayeron de sus manos y su dedo tocó dolorosamente el corte.
- Maldito... esto... esto no es superficial... - Ella giró su rostro al espejo más cercano.
Él le devolvía la mirada en la misma posición. Su cuello se veía sangrante de igual forma.
- ¿Así que este es el final? ¿No pudiste encontrar una forma más estúpida? ¿Estar muerto te disecó el cerebro? Sera una vergüenza para mi cadáver si me encuentran con una herida tan tonta. Al menos hubieras planeado algo épico. Ya sabes, como cuando matamos a Hidan... o a Kakuzu... o a Sakura...o a cualquier otro que quieras elegir.
Como siempre, la ignoró. Temari empezó a sentir que su cuerpo se movía contra su voluntad.
Shikamaru sintió que respiraba de nuevo. Fue doloroso pero con una sonrisa en su rostro, camino lentamente fuera de la habitación. De reojo miró el comedor con la cena recién puesta y su apetito retumbó como si no hubiera comido en un año. La había visto cocinar aquellas maravillas minutos antes y ahora sería él quien lo degustaría.
Dio un paso al frente para darse gusto y casi resbaló con la sangre que se había acumulado en el suelo proveniente de su garganta.
Sin darle importancia, se ubicó en la silla y al mirar al frente, vio su reflejo.
Todo el año, ella había puesto un espejo grande en la silla del frente en el comedor. Para verlo.
Ella lo vio durante todo un año aguantar hambre, mientras se podría y repetía sus movimientos. Hoy era diferente.
La hermosa dama estaba golpeando contra el vidrio del otro lado rogándole por que la dejara salir. Sus manos estaban cubiertas de sangre y manchaban la imagen.
Ignorándola, tomó sus cubiertos y empezó a tomar cada cosa ofrecida.
De repente, sintió un fuerte dolor en la mejilla. Su propia mano lo había golpeado.
Incrédulo y decepcionado, miró hacia el reflejo. La fierecilla seguía enojada.
Burlesco tomó su tenedor y lo clavó en aquella mano rebelde. La vio gritar y sujetarse a sí misma del otro lado. Arremetió contra el vidrio con su hombro intentando salir enfurecida y con una amenaza latente, Shikamaru guio el cuchillo a su ojo.
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Ojo por Ojo, Diente por Diente
HorrorTras un año de su ausencia, los tormentos del pasado vuelven a cobrar factura. Esta historia participó en el Reto del Terror II de la página de facebook ShikaTema: Hojas de Arena. Imágenes 16,4 y 20.