"QUEDATE"

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Sintió la presencia en la habitación, aún así no abrió los ojos, siguió aparentando dormir.

Sabía que vendría, tenían un asunto pendiente al medio día, pero estaba seguro que aparecería antes tratando de sorprenderlo con la guardia baja.

De pronto sintió el suave aroma, una extraña mezcla de menta, suave limón y amanecer.

No pudo evitar recordar la primera vez que lo vio...

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Fue durante una riña que tuvo con una pandilla que comenzó a invadir sus territorios. Cómo el máximo líder criminal de todo Japón no podía permitir que cualquier imbécil se quisiera pasar de listo. Ya habían acabado con casi todos, solo quedaba el líder, por eso se había tomado la molestia de hacer acto de presencia, tenía que dejar en claro con sus propias manos que nadie se metía con el.

El peli-azul de labios secos, atado y colgado de cabeza, sabía que ya no podía hacer nada para escapar y sintio el sudor frío recorrer su espalda al ver los ojos carmesí refulgir en las sombras.

Fue rápido y limpio como solo el sabía hacerlo, con un rápido y elegante movimiento corto el cuello del hombre. La sangre salió a chorros y cubrió el piso.

-Dejenlo ahí, que todos sepan lo que pasa si intentan lo mismo, vámonos, esto ya es aburrido-

-Muy bien Bakubro. Ya oyeron!! Vámonos!!-

Todos se movilizaron al escuchar las órdenes de Kirishima, el mano derecha y segundo al mando.

Katsuki comenzó a caminar a su auto, pero su visión periférica le indico un rapido movimiento, por lo que sacó su arma y disparo en esa dirección. Rápidamente sus hombres revisaron el lugar pero no encontraron nada.

Se escuchó una suave risita proveniente del costado del auto que estaba por abordar, se apresuró a apuntar pero en cuanto parpadeo ya estaba frente a el con un cuchillo en su cuello. Fue increiblemente veloz, hasta ahora nadie había podido acercarse tanto a el, no sin su consentimiento o sin que fuera para morir en el acto.

Lo siguiente que vio fueron un par de ojos verdes grandes, brillantes y hermosos. Sintió un revuelo en el estómago y una palpitacion en sus pantalones, su alfa interno gimoteo y se removio, eso lo sorprendió, jamás lo había hecho.

Todos sus hombre apuntaron al agresor, Kirishima ya tenía el cañón en su cabeza listo para acabar con el al menor movimiento y Katsuki con el cañón en su corazón, listo para lo mismo.

-Solo estaba de paso, pero tanto movimiento y el olor a miedo en el ambiente hicieron crecer mi curiosidad-

Su voz sonó como campanillas a los oídos de Katsuki, jamás alguien había llenado tanto sus sentidos y despertado la curiosidad de su alfa a ese nivel. Por su diminuto tamaño y sus delicados rasgos supo que era un Omega, el más bello que había visto. Inhalo sutilmente tratando de descubrir su escencia, pero no pudo encontrar nada, devia estar usando algún supresor de olor, o era muy bueno ocultandolo, por eso no lo noto antes.

-¿Que es lo que quieres?- pregunto Katsuki sin despegar el arma del pecho del más bajo.

-Ver el espectáculo, ya te dije, solo voy de paso.- Suspiro.
-Pero el espectáculo fue digno de ver, no pensé que me descubrirían. Tienes buenos instintos, siendo un alfa dominante no es de extrañar. E conocido a algunos, pero ninguno me había descubierto si yo no lo deseaba.-

Izuku logro controlar su voz y sonar lo más casual que pudo, lograndolo con mucho éxito. Pero por dentro su Omega se retorcía y lloraba pidiendole acercarse al alfa y olfatear su cuello, así como mostrarle el suyo y permitirle morderlo.

QUEDATE (KATSUDEKU-OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora