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Tras haber llorado por un largo rato en ese callejón, Mina con la mirada clavada en el pavimento y el corazón destrozado caminó de regreso hasta el lugar donde se hospedaba la persona que más había amando en la vida.

Tenía la esperanza de que todas sus preguntas fuesen respondidas pero al final se había quedado como en el principio.

Su cuerpo avanzaba paso a paso más su mente estaba perdía en sus pensamientos.

—¿Amiga estas bien?—La voz de su compañera y mejor amiga hizo que se detuviera.—¿Que pasó?—Preguntó Justo cuando salía del edificio.

—¿Eh?—

—Que si estas bien, Qué pasó?Saliste a toda prisa y mira cómo vienes.—Señaló su apariencia. Ojos rojos y cabello levemente desordenado.

—Si... Yo-yo...—Balbuceó haciendo gestos con sus manos tratando de que sus lagrimas no volvieran.

—Está bien.—Su amiga tocó su hombro—No tienes que decir nada. Ten, nuestro turno ha terminado y traje tus pertenencias.—Se los entregó en las manos sin cuestionarla más. Mina se lo contaría después, cuando estuviera lista.

—Chicas siguen aquí...—Chris el joven amigo de ambas se unía a ellas a las afueras del edificio—¿Estas bien, Mina?—Preguntó al ver el rostro de la japonesa menor.

—Si... Yo...—Respiró hondo—Oigan, ¿Les gustaría ir por una cerveza? Yo invito.—Dijo con una sonrisa triste mirando a ambos. Momo una pequeña seña le hizo al chico quien captó el mensaje sin preguntar nada.

—Claro. Vamos.—25 minutos después, Mina y sus dos amigos comenzaban a beber el primer trago de licor que les fueron servidos, el primero de un sin fin de tragos que estaban por venir.

Por mas que Mina intentó no pensar en la coreana menor, le fue imposible. La miraba en todos lados, en cualquier chica que se asemejaba a su apariencia. Eso hacía doler más los restos destrozado de su pobre corazón.

Y ahí junto a sus dos únicos y mejores amigos, Mina intentó ahogar los recuerdos de Chaeyoung en botellas de licor con la esperanza de que al siguiente día su olvido doliera menos.

AL SIGUIENTE DÍA...

Haberse ido a beber para olvidar a la coreana quizás no había sido tan buena idea. Por la mañana cuando Mina abrió los ojos se dió cuenta que su tristeza y dolor seguían, nada había cambiado. Su tristeza aumento cuando recibió una notificación en la pantalla de su teléfono.

Se maldigo a si misma por ser tan estupida en beber de mas, la famosa cruda la estaba haciendo pasar un infierno durante la mañana y para rematar había recibido una visita inesperada en su puesto de trabajo.

—Disculpa...—La dulce voz de una chica escuchó frente a ella cuando trataba de ordenar algunas reservaciones de habitación en la computadora.—Sharon, ¿verdad?—escuchó antes de levantar la mirada hacia donde provenía esa voz. La chica había leído su nombre en la identificación que colgaba en su pecho.

—Si... d-díga...—Habló después de fijarse quien estaba de pie frente a ella.

—Estoy hospedada en la habitación... 524–Corroboró en la llave—Y necesito que hagan algo por mi—Miró a los lados—esta noche.—

—¿Q-Que es lo que desea?—Incomoda preguntó. Frente a ella estaba la novia de la mismísima Chaeyoung. La mujer que ahora poseía el corazón de la chica que se había llevado y destrozado el suyo.

—Verás, mi novia cumpleaños hoy.—Sonrío con emoción mientras su mirada se iluminaba al pensar en su chica.

—Lo sé...—murmuró Mina con un suspiro triste bajando la mirada. Cada año la notificación en su teléfono le recordaba sobre el cumpleaños de la menor y aunque Mina no sabía nada de ella ni donde se encontraba, siempre le deseaba un muy feliz cumpleaños mirando el cielo.

Inolvidable (MiChaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora