La chica del cabello azul

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Capítulo 8

🩵Gabriela

Odiaba ser una de las chicas nuevas. Era la segunda vez en mi vida que lo experimentaba y sin lugar a dudas presentía que iba a ser la peor. Quizás se debía a que la primera vez solo tenía seis años y ahora con dieciséis soy mucho más consiente de las miraditas, risitas y susurros a mi paso.

La nueva escuela era un imponente y moderno edificio dividido en sectores bastante diferente a mi antiguo colegio, y si a ver vamos aquello último no era la principal diferencia. Aquel recinto educativo era una escuela superior pública repleto de variedad estudiantil, mi antigua casa de enseñanza era un colegio católico y privado con un alumnado escogido.

Un poco incómoda pero dispuesta a asentar mi seguridad desfile pasillo abajo con el itinerario de clases en mi mano derecha. Caminaba con el mentón elevado y la mirada al frente sin permitirme mirar por más de unos segundos a los estudiantes que solos o en grupos pululaban por el pasillo.

Por lo general siempre fui una chica de naturaleza algo tímida pero una vez que me acostumbraba al nuevo entorno y comenzaba a conocer a las personas alrededor me mostraba simpática y sociable. Solo era cuestión de tiempo para que me integrara a la nueva escuela y hiciera nuevos amigos.

Un pitido anuncio la recepción de un nuevo mensaje de texto en el móvil, sonreí nostálgica al ver la foto de mis dos mejores amigas en su primer día de clases allá en Ohio, el estado donde solía vivir hasta hace poco.

Veronica y Katherine abrazadas y sonrientes posaban para el selfie que enviaron segundos atrás.

¨Que tengas un grandioso comienzo de clases, amiga ¨ leía el mensaje.

Por estar pendiente del celular por muy poco tropiezo con un grupo de chicos que caminaban de frente y que al parecer tampoco prestaban mucha atención a sus pasos. Entre silbidos y exclamaciones los muchachos que caminaban por delante, en especial uno de ellos, lograron desviarse para evitar dar de frente conmigo, evidentemente desorientada.

─¡Un poco más de cuidado, jovencita!
─exclamó en tono juguetón el muchacho afroamericano con el que estuve a punto de chocar si él no hubiese demostrado buenos reflejos.

─Lo siento ─murmuré a la espalda del sujeto, pues este continúo su camino con su grupo de amigos sin mirar atrás.

Pronto olvidé el incidente y al darme cuenta de los pocos minutos que restaban para el inicio de la jornada escolar, apure el paso en busca del salón donde sería mi primera clase. Después de dejar escapar el aire contenido buscando lucir tranquila y relajada entré al aula C103.

Pude notar sobre mi la mirada de algunos de los estudiante que ya se encontraban en el salón cuando cruce el umbral. Sin embargo, fueron más los que ni siquiera prestaron atención y aquello fue algo que agradecí.

Mientras menos se fijarán en mi, mucho mejor. Aparté de mi rostro algunos mechones de cabello antes de ir a sentarme en uno de los pupitres vacíos al inicio de una de las filas.

Me fue imposible no notar la presencia de un chico alto y delgado, de cabellos cortos y teñidos de un llamativo azul, semi sentado y dandome la espalda sobre la mesa del pupitre que ocupaba una chica de cabellos largos y oscuros que le prestaba toda su atención. No faltaban dos o tres chicas más alrededor del jovencito.

Me acomodé sobre el incómodo asiento del pupitre a esperar la llegada de la maestra sin embargo fui ridículamente consiente del grupo al final del aula. Sus risas y alboroto no pasaban desapercibidos. Poco después la llegada de la maestra parecio calmar los animos del grupito, los únicos en el aula que parecían incapaces de comportarse. La docente, una mujer joven y atractiva se presento como Mrs. Callaham y nos dio la bienvenida a la clase de historia de Estados Unidos.

Esa debio de ser la primera pista para que me diera cuenta de que no me encontraba en la aula correcta pero me distraje con otro mensaje de Katerine y pienso que no preste la suficiente atención a los detalles.

─Voy a comenzar a pasar lista, necesito que presten atención porque a veces no son todos los que están, ni están todos los que son ─Aquella frase me pareció un acertijo y compartí las risas que desato entre la muchachería.

─Somos todo oídos, Mrs. Callaham ─ exclamó una voz voz femenina que me pareció conocida más no le di importancia. La maestra comenzó a pasar lista.

Minutos después llamó un nombre que mi mente asoció con la voz que escuché antes. Y fue entonces cuando algo en mi mente hizo "Click"

─Akai Miller ─Mi corazón pareció dar un salto al vacío que se me hizo en el estómago.

─¡Aqui estoy! ─exclamó con diversión la misma voz que antes me pareció conocida y está vez no dude en girarme para mirar a la tal Akai Miller. Un solo vistazo me basto para reconocerla aún cuando Akai lucia más alta y delgada que un año atrás, además de que llevaba el cabello corto y pintado de azul.

El supuesto muchacho que llamó mi atención no era sino la chica que conocí más de un año antes en aquel viaje a la costa de Carolina del Norte.

¡Que confusión!

La misma muchacha en la que todavía al día de hoy me preguntaba que había sido de ella.

¿Cuántas veces la busque en redes sociales, dándome por vencida al darme cuenta de que era inútil ?

La de veces que me acosté sobre la cama recordando esas horas en la playa con ella y de la última imágen que tenia de la pelinegra la mañana en que mamá decidio poner fin a nuestras vaaciones en familia sin previo aviso.

Fueron muchos los días en que me pregunté que fue de Akai y no fueron pocas las ocasiones en que la incluía en mis oraciones.

─Hey, ¿me escuchas? necesito que me digas tu nombre porque al parecer no te encuentras en la lista ─Fue cuando la maestra coloco una de sus manos sobre mi hombro izquierdo que reaccioné y levanté la vista.

─Disculpe...─murmure.

─¿Cómo te llamas, linda? ─preguntó la mujer en tono condescendiente y sin dejar de sonreir.

─Gabriela Knot ─dije mientras evadía el cuerpo de la maestra para echar un vistazo a Akai. La vi reirse con desparpajo en tanto su oscura mirada se cruzaba por primera vez con la mía y estuve más que segura que se estaba burlando de mi confusión.

─Lo siento Knot, pero no te encuentras en mi lista, ¿me permites ver tu itinerario?
─pidió la maestra extendiendo su mano derecha frente a mi para que le entregara el papel, y asi lo hice─ . Lo que supuse, linda. Estás en el grupo equivocado, corazón. Tu aula es la C108─añadió.

Estuve a punto de decirle que dejara de llamarme "linda", y "corazón" porqué me  hacían sentir realmente ridícula. Justo entonces se escucho nuevamente un coro de estruendosas risas provenientes de la parte trasera del aula y evite prestarle atención.

─¿Pueden callarse? ─ inquirio la maestra pero sin verdadero afán mientras caminaba hacia el escritorio.

Me puse de pie después de recoger la mochila, sentí el rostro arder  y temía caminar hacia la puerta porque de pronto experimente un absurdo miedo a tropezar.

─¡Creo que Knot necesita un GPS! ─ Aquel comentario, hecho evidentemente por la chica del cabello azul, desato más risas y alboroto, está vez no solo entre su grupo sino en casi todo el estudiantado.

Me apresure hacia la salida sin mirar atrás, dominada por una mezcla de emociones que iban desde el enojo y la vergüenza hasta un loco sentimiento de alegría al ver nuevamente a la chica que en una ocasión consideré una amiga.


Me apresure hacia la salida sin mirar atrás, dominada por una mezcla de emociones que iban desde el enojo y la vergüenza hasta un loco sentimiento de alegría al ver nuevamente a la chica que en una ocasión consideré una amiga

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