Han Jisung, un alfa envidiado por todos en la uni y deseado a la vez, ignoraba todas las declaraciones de amor que le daban, pensaba que los sentimientos eran lo más estúpido que podía haber, pero un día ingresó un chico nuevo a la universidad y par...
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—Mierda, estoy atrasado—digo JiSung mientras corría hacia la universidad de manera frustrada.
Estaba llegando tarde, otra vez.
Corría sin parar e incluso empujaba a gente pero no le importaba.
No quería que lo regañaran de nuevo, en realidad no le importaba pero con tal de que no lo castiguen, se ahorraba trabajo y aquí está ahora; corriendo como loco hacia la universidad.
—Llegué—dijo en la entrada de la U mientras se daba un tiempo para descansar.
Ya que tenía la respiración irregular de tanto correr y sus cabellos desordenados.
Se adentró y vió cómo varios omegas lo miraban y le silvaban por lo atractivo que es; él solo se sentía orgulloso de escuchar eso.
Ya que le encantaba que presumieran lo hermoso que era y lo bueno que era en la cama, porque si, Han Jisung era de esos chicos que se acostaba con todos en el lugar pero los botaba al día siguiente.
Haciendo como si nada pasó y solo fueron uno de sus juguetes para que se divirtiera en la noche.
Le encantaba sentirse superior a los demás.
Han Jisung, un alfa de 22 años; respetado por todos hasta en su familia y en la universidad, deseado por todos los omegas del lugar y envidiado por los alfas.
Llegándole todos los días declaraciones de amor y en la noche, teniendo una noche de diversión.
Acostándose con los omegas que le pedían que tuvieran relaciones y él aceptaba gustoso.
—¡Oppa!—una chica se le acercó, haciéndolo frenar bruscamente su caminar, ya que lo había abrazado y él solo la alejó bruscamente.
No le gustaba que hicieran contacto físico con él sin su permiso.
—¿Qué quieres, YeJi?—le dijo irritado por la insistencia de la chica en estas semanas y mirándola de una manera molesta.
Mientras estaba parado mirándola, cara a cara.
"Qué fastidio", se dijo mentalmente JiSung.
—Sólo quería preguntarte si querías, bueno, salir a una cita—le dijo tímida mientras miraba el suelo.
—¿Qué?—y se empezó a reír como desquiciado.
—¿Qué es lo chistoso, Oppa?—le preguntó haciendo un puchero mientras lo miraba, ansiosa por la respuesta que le daría.
—Es que....—no paraba de reír, pero se calmó—yo no quiero salir contigo—le dijo nuevamente serio y con una expresión fría.
—Pero, ¿por qué?—pregunta con sus ojos algo cristalinos.
—Simple, uno; eres demasiado insistente, pareces acosadora tanto que me sigues, dos; te he dicho varias veces que no quiero salir contigo y tú no lo entiendes; por último, a mi no me importan tus sentimientos y no saldría con alguien como tú—le dijo fríamente.
