TW: Autolesiones, suicidio.
Advertencia de suicidio doble fallido y posiblemente una que otra lágrima por ahí, aunque no sirvo mucho para escribir cosas que hagan llorar, hago un intento. </3"Arms Tonite"
«Caí fuerte en tus brazos anoche, fue genial»
Todos aquellos que tuvieron la suerte de conocer a Sano Manjiro, aquel chico que de adolescente fue llamado como el Invencible Mikey, saben que siempre fue un chico bastante caprichoso, algunas veces hasta llegaba a ser egoísta. Esta vez no fue una excepción.
─Kenchin, quiero irme... ─Dijo de repente sorprendiendo a su pareja, quien acariciaba su cabello.
─¿Ir a dónde? Dímelo y yo te llevaré. ─Ryuguji Ken siempre fue muy atento con él en todo, siempre cumplía con lo que le pedía. Sin duda lo amaba, siempre lo amó, y mucho más ahora que era la única persona que le quedaba.
─No sé en dónde está el lugar al que quiero ir Kenchin, lo único que sé es que quiero ir.
Draken no comprendía muy bien lo que su pareja le estaba diciendo, así que solo se quedó callado esperando a que continuara, esta vez bajando las caricias por sus blancos brazos, a los cuales unas frescas cicatrices carmesí acariciaban con dolor.
─Quiero que vayas conmigo, tengo miedo de ir solo.
─Siempre iré contigo adónde sea Mikey. ─Besó con delicadeza la nuca de su pareja.
─Quiero que vayamos a la otra vida Kenchin, juntos. ─Finalizó su parte luego de haber estado unos minutos en silencio.
El abrazo que Ryuguji tenía alrededor de su cuerpo se apretó de repente, sin embargo su nublada expresión no cambiaba en nada, siempre traía la misma cara. Una que no demostraba sentimiento alguno, incluso estando con Ken.
─Mikey... ¿Estás seguro de eso? ─Le preguntó con la voz rasposa, y un pequeño asentimiento por parte de su chico le hizo querer llorar.
─Tengo todo listo... Solo falta tu respuesta. ─Susurró acariciando sus nudillos sin verle a los ojos, no podría hacerlo luego de haberle hecho una petición así.
─Ya te lo he dicho incontables veces, siempre estaré contigo. ─Dando a conocer su respuesta se reincorporó en la cama y dio vuelta a Sano, mirando su inexpresivo rostro, algo que hacía a su corazón doler. Pasó su mano por los blancos mechones de cabello, dándole una pequeña sonrisa, aún sabiendo que el contrario nunca más sería capaz de devolverla, pues la había perdido.
...
Esperaba a Draken en el suelo de la habitación, viendo entre sus manos los dos frascos de pastillas. Mirando atentamente a la puerta tragó de una todas las que estaban en el frasco de su mano derecha, luego dentro de el mismo metió un papel que tenía algo escrito, solo esperaba que Ryuguji pudiera encontrar fácilmente aquello. Lo guardó en uno de los bolsillos de su pantalón, y justo después su pareja entró.
─Ten.
─¿Hm? ¿Qué es? ─Recibió la pequeña cajita que tenía un lindo listón bien hecho.
─Mi último regalo para ti. ─Besó su frente con dulzura.
Sin mirar al mayor abrió la pequeña caja, viendo ahí dentro un anillo. Lo tomó entre sus dedos, admirándolo fríamente, y aunque su rostro no lo demostraba, aquel regalo causó un lindo sentimiento en él.
─Gracias Kenchin, ¿me lo pones? ─Y no sonrió. Pero aún así, con suma delicadeza, como si Manjiro fuese la pieza más delicada del mundo, puso el anillo en su delgado dedo anular.
─Estás precioso. ─Besó la mano del anillo, y Mikey sabía que mentía. Su apariencia era de todo menos preciosa, traía unas grandes ojeras y se notaba desnutrido, con cortes que nunca sanaban correctamente en sus pálidos brazos. Aunque admiraba el trato que le tenía el mayor incluso en un momento así.
─¿Listo? ─Preguntó con su voz entrecortada mientras abría el frasco que aún contenía pastillas, su cuerpo se sentía cansado, y ya comenzaba a pesarle de lo normal.
─Contigo siempre.
Le otorgó un último beso en sus labios, uno pequeño y dulce.
Las píldoras fueron repartidas, y cada uno ya estaba listo para meterlas en su boca y despedirse de aquel mundo, listos para ir al siguiente. Pero, esas pastillas no eran más que un aliviante para el dolor, ciertamente si ingerías demasiadas te haría mal por unas horas, pero nada con peligro de muerte. Y Ken, quién confiaba ciegamente en Manjiro, las tragó sin siquiera detenerse a verlas. Y cuando Mikey hizo lo mismo, simplemente lo abrazó por la espalda, si moriría no soltaría a Mikey, nunca lo haría.
Los minutos pasaron con lentitud, y podría estar seguro de que ya habían pasado horas, pero nada sentía venir, solo un dolor en el estómago que no pasaba de eso. Seguía con Mikey entre sus brazos, quién no hacía movimiento alguno, ni siquiera podía sentir la contracción de su pecho al respirar.
Se sentó viendo la espalda de Mikey, quién no daba indicios de moverse de nuevo. Con temor de lo que pudo haber hecho, tomó delicadamente entre sus brazos el inerte cuerpo del chico.
─Mikey. ─Lo llamó sin ver su rostro aún. ─Mikey. ─Nada.
Tenía miedo, hace mucho que no sentía algo así de fuerte. Desde la muerte de Emma que un sentimiento así no se instalaba en su sistema, y temía que esta fuese una situación parecida.
Con sumo cuidado giró el cuerpo, notando una diminuta sonrisa en esos bellos labios resecos. Las lágrimas eran contenidas, haciendo a sus ojos arder.
─Manjiro, Manjiro. ─Movía un poco su rostro. ─Manjiro despierta, háblame, dime que no es cierto por favor. ─Su voz se quebraba hasta el punto de no ser audible, la verdad de los hechos era como un puto balde de agua fría. Finalmente sus lágrimas comenzaron a bajar hasta caer sobre el rostro del chico.
Con la mano temblorosa acariciaba sus labios, los cuales aún mantenían esa sonrisa, tan hermosa. Siguió dando cariño al cuerpo, acariciando el opaco cabello blanco que alguna vez fue una bella y adorable cabellera rubia. Sus ojos cerrados, con ojeras bajo ellos, que a pesar de que nunca más volvieron a tomar ese brillo que tuvieron cuando Mikey apenas era un crío, para él eran simplemente una obra de arte digna de admirar.
Los sollozos no parecían querer callarse, acariciando los nudillos de la mano que llevaba el anillo que hace unas horas con tanto amor le había regalado.
Y en medio de todo eso, sintió en sus pantalones un bulto en el bolsillo derecho. Sacó de allí un frasco de pastillas y lo abrió, frunció un poco el ceño, confundido al notar que lo único dentro era un papel.
Sin soltar en ningún momento el cuerpo de Sano, sacó el papelito y lo abrió, dispuesto a leer lo que tenía escrito.
«Lo lamento Kenchin, muy probablemente ahora estás llorando ¿no? Debiste saber que yo nunca dejaría que murieras por culpa mía, no soy tan egoísta, fue una mentirita blanca ¿verdad? Gracias por todo, lo único que deseaba era morir en tus brazos, ahora soy feliz en la otra vida gracias a ti.»
Abrazó con más fuerza su cuerpo, no lo quería soltar, se prometió a sí mismo que nunca lo haría. Y mientras él sufría, Manjiro se notaba pacífico luego de mucho tiempo de no sentir una verdadera serenidad.
«Morí en tus brazos anoche, fue genial»
[Sad Ending]
gente no sé ustedes pero sí me logré sacar una lágrima a mí misma. [pro] Esto es publicado y hecho en una madrugada dónde la Em está muy vola' así que cualquier falta de ortografía me la perdonan porfa BDLAFJSMFNS
¡Espero que les haya gustado!
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Arms Tonite [DraKey]-[One-short]
FanfictionManjiro solo quería irse, y Ken lo acompañaría. ♡ > [Future|AU] • [Ryuguji Ken x Sano Manjiro] > Estos personajes no me pertenecen, son de Wakui Ken. > El one-short si es de mi autoría, y se encuentra inspirado levemente en Arms Tonite de Mother Mo...