Hace seis años del gran día, conmemorando el aniversario 600 del antiguo imperio de Arcadia, aconteció el evento que marcaría un cambio trascendental.
Aquella noche oscura, sin luna, se decía que el eco de las espuelas de la guardia imperial retumbaba en las calles, incluso ahuyentando a las plagas. Sin embargo, al tañer de la medianoche, un inusual suceso se produjo: los caballos, presas del miedo, empezaron a relinchar incontrolablemente y, en cuestión de momentos, todos los miembros de la guardia imperial yacían sin vida. Al amanecer, las puertas de la ciudad se abrieron, dejando paso a la anhelada rebelión que tenía como objetivo poner fin al reinado de la familia real. Para sorpresa de todos, al recorrer las calles, solo se encontraron un mar de sangre y cuerpos sin vida. El palacio, una vez centro de poder, estaba desolado, sin sobrevivientes. Se rumoraba que el responsable de la masacre era un enigmático caballero de armadura oscura que había logrado lo que nadie había podido en siglos: derrotar a la tiranía de los Arcadia.
A pesar de haber transcurrido seis años desde la instauración del nuevo imperio, la identidad de aquel valiente guerrero sigue siendo un enigma. Algunos lo consideran un héroe, mientras que otros lo ven como un despiadado asesino. Existen quienes afirman que cada aniversario de la masacre se escucha el eco de su caballo recorriendo las calles en la noche sin luna, pero nadie sabe a ciencia cierta si se trata del héroe oculto entre las sombras o del verdugo del antiguo imperio. En cualquier caso, los habitantes del nuevo reino lo miran con temor y respeto, y su leyenda perdura como la del gran caballero oscuro.
