Mi reflejo en el espejo me mira mientras aplico la última capa de máscara en mis pestañas. Puedo ver mis dudas en el espejo. Una parte de mi se encuentra regañándome por decidir salir en primer lugar, pero a la vez otra parte de mi le da la razón a mi hermana que ya era suficientemente grande como para cuidar de Anahí. Nuevamente ese pensamiento me inquieta. Tal vez debí de decir que no y quedarme con ellas.
Muerdo mi labio dejando de hacer mi maquillaje y tamborileo mis dedos en el lavamanos. Mi mente sigue divagando con las dudas y finalmente decido que es mejor asegurarme una vez más.
—Zoey. —llamo a mi hermana que no tarda en aparecer por la puerta del baño con algo de molestia clara en su rostro.
— ¿Qué pasa ahora? —pregunta con un suspiro y yo desvió mi mirada un momento al espejo y después a ella para poder notar sus micro expresiones al momento de contestar mis preguntas.
— ¿Anahí ya se durmió? —enarco una ceja, pero espero muy dentro de mí que la respuesta de esa pregunta sea que si.
Eso la hace ladear la cabeza y cambia de peso a su pierna derecha. Claramente estaba decidiendo si decirme o no.
— Sobre eso... —alarga la última palabra y yo se que a pesar de mis ruegos me tocaría a mí solucionarlo—. Dice que no se irá a dormir sin una historia. —la miro encogerse de hombros y suspiro cerrando mi maquillaje.
— ¿Está acostada por lo menos? —decido verificar antes de apagar la luz del baño.
— Si, ya se cepillo los dientes y está con pijama. —me intenta tranquilizar—. Lo más difícil siempre ha sido que se duerma sin una de tus historias. —me recuerda con un leve dejo de diversión y yo no puedo evitar sonreír.
Mi hermana menor amaba las aventuras que le contaba y eso no era sorpresa para nadie. Asiento saliendo del baño y camino por nuestro modesto apartamento hasta la habitación de Anahí. Antes de entrar toco un par de veces y asomo mi cabeza para poder mirarla.
— Zo-zo me dice que no te quieres dormir, bicho. —enarcó una ceja a lo que ella sonríe de forma casi inocente.
— Solo quiero una historia. —hace un puchero y la condenada niña sabe bien que eso me derrite.
— Solo una. —condiciono acercándome a su lado y escuchó a Zoey seguirme—. ¿Cuál quieres?
— Las princesas de las sombras. —contesta enseguida y con eso Zoey se sienta a un lado de Anahí fingiendo no estar interesada.
Evito sonreír porque yo sé bastante bien que esa historia les encantaba a las dos. Normalmente sería una historia demasiado fuerte para una niña pequeña como Anahí. Pero ¿qué podía hacer cuando esa historia era la nuestra?
— Bien... Pero solo una vez y a dormir. —advierto ubicándome a los pies de la cama, mirándolas a ambas—. Todo comenzó hace muchos años atrás, con una niña de cabello dorado como el oro...
ESTÁS LEYENDO
La vida no siempre es color de rosa
Teen FictionEl mundo esta lleno de secretos. Nadie te dirá totalmente la verdad porque nadie esta listo para esta. La verdad suele dañar a las personas, lastimas sentimientos o hasta terminar matándolos. Es por eso que organizaciones se logran esconder causando...