CAPÍTULO I

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Era una bella mañana en Washington, el sol brillaba, las nubes se veían esponjosas y el clima era perfecto. Amy iba a su típico trabajo en bicicleta, era aparentemente nueva, acababa de mudarse a un pequeño departamento con una linda mujer llamada Lucy, empezaron hace unas semanas a ser compañeras de cuarto.
Amy disfrutaba mucho todo lo que sus ojos miraban: la gente, las calles, el paisaje, todo, simplemente era perfecto... Por ahora.
Ella aseguró su bicicleta con lo de siempre y puso las llaves en una cinta de tela y se las usó como collar. Entró a su actual trabajo, una pequeña cafetería

—  Buenos días TK
— Buenos días Amy... ¡Ey te veo sonriente!
— Ah- sí jaja, me fascina el ambiente, no me arrepiento de mudarme
— Me alegro que estés feliz, aunque los clientes te van a quitar esa felicidad
— Ash, espero no encontrarme con el de aquel día, que mal educado
— Jaja, más bien, no dejes que arruinen tu día
— Pues tienes razón... *suspiró* a trabajar hombre

Amy se puso su uniforme: pantalones y tenis negros, camisa manga larga blanca con cuadros rojos, una gorra negra y el cabello bien recogido como un tomate. Todo el día estuvo tranquilo, nada interesante pasó, TK y Amy terminaron sus labores, se cambiaron y cada uno fue rumbo a su hogar.
En el camino Amy se detuvo para tomar una Coca Cola, veía los alrededores y todo estaba bastante calmado, pero algo llamó su atención, frente a la máquina expendedora se veía una sombra, ella en un par de pasos llego al lado de la máquina, y divisó un hombre, su cabeza estaba tapada por una capucha

— (Se ve... cabizbajo, le daré una coca)

Ella sacó otra soda de la máquina y la extendió al hombre

— Ten, te veo atolondrado, esto siempre ayuda
— Ah- gracias...

El hombre alzó la vista y vio a Amy

— (Dios mío... es hermosa... ¿cómo alguien con tal belleza se acerca de la nada sin conocerme? no me importa, disfruto cada segundo viéndola)
— ¿Qué tanto me miras? ¿tengo cara de babuino o qué?
— ¡No para nada!
— Jaja era juego, no te espantes, ya relajate
— (Los dos, juntos, bajo la luna... es hermoso, jamás había sentido mi corazón latir tan fuerte, me quiero sentir así toda la vida)

Amy no decia palabra, solo quería hacerle compañía a alguien, guardó la lata de refresco y se dirigío a su bicicleta

— Espera ¿A dónde vas?
— Pues a mi departamento, obvio
—¡Espera ey! ¿cómo te llamas?
— Amy, Amy Thompson

En ese momento la luz del local pudo aclarar la vista de Amy, por fin pudo ver el verdadero rostro de aquel hombre, para ella no eran rasgos por los que sorprenderse, solo era un calvo con ojos azules y una gran, gran sonrisa; ella se subió a su bicicleta y con los pies en los pedales se dió vuelta y se despidió con su mano

— ¡Adiós desconocido ojiazul!

Aquel calvo casi no podía reaccionar, solo se despidió con su mano y suspiró

— (Tengo que saber quién eres, no me basta saber tu nombre, necesito más de ti)

— (Tengo que saber quién eres, no me basta saber tu nombre, necesito más de ti)

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(Dibujo hecho por mi)

Amy llegó a su departamento, y como ya se iba haciendo costumbre, escuchó ruidos que eran causados por su compañera de cuarto, que según ella, encontró alguien que le ayudara en la universidad

— (De seguro su "compañero de estudio" le está dando su conocimiento a Lucy)

Ella entró a su cuarto y se tiró en la cama, ni siguiera pensó en cambiarse de ropa, solo se acomodó y empezó a dormir plácidamente

— (Ah~ que hermosa te vez durmiendo pequeña, discúlpame, no puedo controlarme)

Aquel ojiazul que Amy había conocido la estaba vigilando por la ventana de su cuarto, la había seguido por todo su recorrido; el abrió cuidadosamente la ventana y entró con sigilo, pero algo lo espantó, era obvio, los ruidos de la habitación de al lado, pero no le importó, con delicadeza acariciaba el cabello de Amy

— Que bello cabello tienes darling~ ojalá sintieras esto que siento por ti, pero no te preocupes, algún día serás mía y nadie nunca nos separará, ni siquiera la muerte.

Amy se levantó un poco trasnochada, los ruidos de Lucy y su "compañero de estudio" no dejaron que durmiera tan bien

— Ahg, Lucy que molesto
— ¿Qué cosa?
— ¡Tus gemidos y los de tu compañero de sexo!
— ¡¿C-cómo?!
— Ay no te hagas... ¿sabes? Mejor déjalo así, no importa, haz lo que quieras, al menos si vas a hacer eso no trasnoches a los demás

Lucy solo se sonrojó un poco

— Ey, aquel día pasé por dónde trabajas
— ¿Ah sí?
— Sí, te vi hablando con tu amigo
— Ajá...
— Se veía un poco raro
— ¿Raro?
—  Bueno más bien, la forma en la que te miraba, no sé si son cosas mías, pero creo que le gustas
— Sí... yo sospecho lo mismo... ¿debería darle una oportunidad?
— Bueno se conocen bien, me haz hablado de él, y creo que es un buen sujeto
— Si tienes razón... bueno, creo que le daré una oportunidad
— Bieeeeen, me cuentas todo ¿Ok?
— Ok, ok

Amy se dirigía rumbo a su trabajo, estaba un poco dudosa de darle una oportunidad a su mejor amigo de ser pareja, no se imaginaba a ellos dos besandose o en citas. Ella vió de lejos un grupo de chicos jugando basket, pasó al lado de ese grupo, y de un momento a otro el balón del grupo de chicos dio justo en la cabeza de Amy, haciendo que esta cayera de su bicicleta, y su cabeza se pegó justo en el borde de la calle; estaba solo a unos metros de la cafetería, así que TK logró verla, varias personas se acercaron a ver qué pasaba, Amy no respondía a ningún llamado que le hacían. De lejos estaba el hombre que había conocido la noche antes, ya había visto todo lo que pasó, solo el se percató de lo ocurrido, así que rápidamente corrió hacia ella, la tomó en sus brazos y abrió paso entre la gente, TK no sabía qué pasaba "¿Quién era él?", "¿Por qué de la nada la auxilió? ", "¿La conoce?" Todas esas preguntas rondaban en su cabeza, pero no podía dejar el trabajo así de la nada e ir a enfrentar a aquella persona.

Continuará~

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Esta historia se actualiza todos los jueves a las 7:00pm hora Colombia

𝐇𝐞𝐫𝐦𝐨𝐬𝐚   ̶O̶b̶s̶e̶s̶i̶ó̶n̶ ̶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora