FAMILIA DEL DIABLO

CAPITULO VII

EPÍLOGO

Lucifer caminó por el camino hacia las Puertas del Infierno hasta que Duma lo detuvo.

"No eres bienvenido aquí, Lucifer." Dijo y esto le valió una sonrisa de suficiencia del diablo.

"Disculpe? Yo soy el señor del infierno."

"Se ha elegido un nuevo rey".

"Entonces me gustaría desafiar a quien se haya atrevido a tomar el trono que es legítimamente mío". Nunca en toda su existencia había aceptado de todo corazón su destino como Rey del Inframundo. Despreciaba el título, despreciaba en qué lo convertía. Pero no quedaba nada más que esto. Un doloroso recordatorio de que después de todo este tiempo, él sigue siendo y seguirá siendo el Caído.

"Abdicó de Lucifer. ¿O lo ha olvidado?"

"Incluso si lo hiciera, no hay nadie más apto para ser el Señor del Infierno. El Todopoderoso lo dijo y se ha frotado repetidamente en las caras de todos. Entonces, hermano, le sugiero que se aleje o sufra las consecuencias".

"Lucifer, no hay necesidad de violencia".

Amenadiel aterrizó frente a su hermano.

"¿Qué estás haciendo aquí?"

"Estoy aquí para llevarte a casa".

"¿A la Tierra? No tengo ningún derecho a volver allí".

"Tienes razón."

"Bueno, entonces, será mejor que regreses a Silver City."

"No sin ti."

"¿Qué?"

"Chloe hizo un gran escándalo allí. ¿Dijo algo sobre no permitirte estar de mal humor por la eternidad?"

"¿Le ruego me disculpe?"

"Lo que estoy diciendo es que ella te está esperando."

"No entiendo,"

"Solo ven conmigo, hermano."

"Pero,"

"Confía en mí."

Lucifer tomó las manos de su hermano y en una fracción de segundo, están parados afuera de las Puertas del Cielo.

"Bienvenido a casa, Lucifer."

"¿Es esto algún tipo de truco? Me encantaría complacerlo, Amenadiel, pero no tengo la energía. Tantas almas para castigar, debo estar en camino. Ni siquiera sé por qué vine contigo". aquí arriba."

"Ella te ha estado esperando."

El ángel oscuro le sonrió a su hermano menor mientras Chloe caminaba hacia ellos.

"¡No puedo creer que haya funcionado!" Ella le dice a Amenadiel emocionada mientras Lucifer solo podía mirar. El escupitajo de su esposa persuadió al anciano.

"Chloe"

"Hola, Lucifer. Te he echado de menos. ¿Por qué no nos ponemos al día?" Chloe tomó su mano y se entrelazó con la de ella y luego comenzó a llevarlo a las puertas. Sintió un tirón vacilante mientras lo hacía, que tuvo que detenerse en seco.

"¿Qué ocurre?"

"No se me permite entrar al cielo. Lo sabes".

"Ya no. Tú perteneces aquí. Conmigo. Y algún día nuestros hijos también estarán aquí. Además, no podría soportar que te enfurruñes por la eternidad".

"¿Qué hiciste? El Viejo nunca escucha a nadie."

"Oh, le hice escuchar. Resulta que no necesitaba hacer mucho porque te perdonaron hace mucho tiempo. Él me dijo que no le creerías, así que estaba esperando a alguien en quien confías y amas para contárselo. ¿Estás bien?"

"Esto es real, ¿no?"

"Lo es. Ahora vamos. Me muero por que conozcas a mi papá."

La pareja entró a Silver City de la mano, para no separarse nunca más.