En un Instante (Bakudeku)

Cap 2

-ah...Buenos...ah...días - saludaba recuperando el aliento el peli verde, había llegado apenas a la hora justa.

-Buenos días - volvió a saludar una chica castaña que aparentemente estaba a cargo de la recepción.

-Disculpe, se encuentra el señor Bakugo – pregunto, con más calma.

Ella solo hizo una leve mueca en la cara pensando que diría, pero fue interrumpida por un grito sonoro.

-JODER PELOS DE MIERDA! – se oyó una voz grave, que logro tensar al peli verde

-Eh... está ocupado – dijo en respuesta a su pregunta en un tono incómodo.

Por otra parte el peli verde solo veía la actitud casi tan natural de la chica, eso lo llevo a pensar dos cosas; uno, era buena en su trabajo o dos, estaba acostumbrada a estas situaciones; rezaba porque fuera la primera.

-Disculpe señor Bakugo – comunico a través del micrófono de la recepción – aquí hay alguien que viene por la vacante de guardaespaldas – dijo, escuchado como los gritos se detenían.

Pero algo no estaba bien, como sabia ella que venía por ese puesto; empezó a analizar ello, tal vez estaba muy a la defensiva y paranoico, pero nuca se está lo suficientemente prevenido, no creen.

-bueno... soy Uraraka Ochako – dijo captando la atención del peli verde – Eh... que tanto murmuras – hablo, viendo como este recién se percataba de su acción.

-Eh si disculpa si te incomode – dijo rascándose la cabeza – y soy... – fue interrumpido por una voz que salía de la bocina de su escritorio.

-Hazlo pasar – se oyó en tono serio.

-Si señor – respondió posando su vista en el pecoso – ya puedes pasar, suerte – dijo dándole ánimos, porque los iba a necesitar.

-Gracias – de nuevo, pero fue interrumpido por la voz de aquel hombre tras la puerta.

-QUE PASE DE UNA PUTA VEZ!! – grito sonoramente, no hizo falta la bocina para que se oyera en casi todo el lugar.

-Eh luego nos presentamos correctamente con más calma, si – dijo algo incomoda mostrando una mueca en su rostro.

Él solo asintió con la cabeza a la propuesta de la castaña, para posteriormente pararse frente a la puerta, de la cual tras ella se encontraba su futuro jefe, se preparó mentalmente un segundo antes de entrar, acto seguido abrió la puerta.

Se sorprendió en enorme manera ante la escena que estaba presenciando; había un chico pelirrojo recogiendo las carpetas y demás documentos esparcidos en el piso; "Que?, paso un tornado o algo parecido", pensó; además, había un peli cenizo, en la otra esquina de la oficina, que al parecer estaba ordenando su escritorio.

-Buenos días – saludo, haciendo una reverencia – vengo por el puesto de guardaespaldas – dijo de la forma más formal que conocía.

-Si – respondió de forma seca, mientras buscaba algo en el suelo con la mirada.

En ese instante el peli verde solo podía pensar en la forma de actuar de aquel hombre que estaba en frente suyo; si bien conoció muchas personas en su vida, ninguna se mostraba como él; o bien eran muy altaneras o muy serios a la hora de una entrevista; y por más que lo pensara, solo llegaba con más sorpresas y dudas sobre esa persona que tenía ahora en frente.

-DONDE ESTA EL MALDITO CURRI...!! – fue interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose con fuerza; esto solo ponía más nervioso al peli verde.

No paso mucho para que saliera de ese pequeño transe; cuando se dio cuenta de un rubio estaba con un folder en mano y bastante agitado.

-Que mierda haces aquí pika... - se detuvo a mitad de la oración, viendo impactado a la persona que ahora estaba en frente suyo.

Él no sabía que cara estaba poniendo en ese momento, de lo que si estaba seguro era que la persona, por la cual sufrió casi toda su vida estaba ahora en frente suyo; "Es una pesadilla" pensó llevándose una mano a la frente, para posteriormente levantarse de su asiento dirigiéndose a la salida de su oficina.

-Baku-bro? – lo llamo el pelirrojo, cuestionándose la actitud de su amigo.

-Que nadie salga, entendido – dijo viéndolo con cierto enojo, logrando tensar al pelirrojo.

Su contrario solo asintió levemente con la cabeza, dejando que este continuara su camino.

Por otra parte el cenizo había salido un segundo al tejado; los recuerdos llegaban como si de abejas a la miel se tratase y a él solo le tocaban las picaduras de sus aguijones.

-Izuku... – dijo para sí mismo, soltando leves lágrimas – si tan solo, no hubiera sido así contigo ­– termino apretando mas su puño contra su frente.