Un día, te cansaste y explotaste, yo no dejaba de seguirte y tu te molestaste por eso.
Lloraste, fue como una puñalada al corazón.
Te amaba tanto, no lo sabías, pero llevaba demasiado haciendo la misma caminata, de todos los días, se volvió una rutina.
Me dijiste que te sentías mal, que la persona que te gustaba te hacia sentir triste.
Me ilusione demasiado, todas las noches me preguntaba si esa persona era yo, yo te hacia triste, un día me lo dijiste.
Pasaron 2 semanas, no fuiste al colegio.
Me preguntaba si volverías, y lo hiciste.
A las 3 semanas te vi de nuevo, estabas apagado, ya no tenias esa sonrisa de siempre, la que me iluminaba y me hacia amarte cada vez más.
Estabas vestido de negro, pensé si estabas de luto, pero me daba pena preguntarte, ¿Y si llorabas? ¿Y si te hacía sentir mal?
2 días después, no pude contenerme y te tomé suavemente del brazo derecho.
Te pregunte si estabas bien, si te pasaba algo.
Tu lloraste frente a mi por segunda vez.
Yo también lloré de solo ver tu carita tan tierna, se oye mal, pero me encantaba hacerte llorar.
Tu me dijiste que pasaba algo, y que no podías contenerlo más.
Yo te abracé tiernamente y te lancé un simple. "Sueltalo".
Me dijiste que tu madre había muerto y que tenías varios problemas con tu familia, llorasté aún más fuerte, te deslizaste sobre la pared y caíste sentado en el pavimento.
Pero me mentiste sobre lo de tu madre.
Aun así te amo.
Yo me senté frente a ti y tomé tus manos, le di un suave beso en la palma a la misma.
"Todo va a estar bien, Louis."
Recuerdo que limpie tus lágrimas con mi dedo pulgar izquierdo mientras me mirabas directamente a los ojos con la sonrisa, sí, esa misma sonrisa la cual me enamoró profundamente de ti.
"¿Cómo sabes mi nombre?"
Dijiste mientras seguías sonriendo.
"¿10 Meses te alcanzan para saber tu nombre? Llevo siguiendote todo este tiempo."
Cada vez que recuerdo tu cara, no puedo evitar reír con esa pequeña sonrisa en mi cara.
