-The Stranger-

1.- Blake

Para mejor experiencia, reproduce la música usando audífonos

Mi nueva vida comenzaba, mi llegada a los santos era inminente, mi jefe anterior me había trasladado a esta ciudad para ayudar a Kovacks, el jefe de la ciudad.

Mi familia como siempre no estaban de acuerdo en aquella decisión y a pesar de tener miedo de dejarlos atrás, decidí dar un paso hacia un nuevo lugar.

Después de recoger las valijas, salí directo a la comisaría, dónde mi nuevo jefe me estaba esperando para firmar mi contrato.

Camine por las calles cercanas a aquel aeropuerto para tomar un taxi y llegar a la comisaría

-Hola buenas, tengo una cita con el comisario Kovacks-. Dije algo nervioso.

-Usted debe ser Ryan Blake- contesto la señorita en recepción.

-Asi es- dije un poco más seguro.

-Permíteme anunciarlo- levanta el teléfono y aprieta unas teclas - Buenas jefe, Blake ya llegó.- hace una breve pausa-. 10-4 voy .

Colgó aquel teléfono, deja su diadema y se levanta de su silla.

-síganme porfavor- está comienza a caminar haciendo ruido con sus tacones.

Yo sin decir nada tomo mi mochila y maleta para comenzar a caminar tras la chica.

Subimos al elevador y llegamos a unas oficinas para cruzarlas y llegar a una oficina algo amplia.

- desea algo de beber?-. Dice de manera servicial

- no gracias estoy bien- conteste amable.

-tome asiento, el jefe llegará en un minuto-. Está me brinda una sonrisa confiada para salir del lugar y dirigirse al elevador de nuevo.

Pasados unos 2 minutos ví a un joven bastante imponente caminar a la oficina.

-Perdona, he tenido que irme a ponerme una camisa nueva que la anterior tenía sangre- dijo aquel joven para estirar su mano en forma de saludo - Un gusto Blake, soy el sargento Kovacks-

Yo estreche la mano algo nervioso y le sonreí Es un placer conocerlo- dije algo ansioso

Minutos más tarde

La entrevista había terminado y yo salí ahora más confiado que antes.

-es un honor tenerle por aquí, hablé con su jefe anterior y me dijo que si no le contrataba sería un tonto de verdad- le da las llaves de su casillero y su placa

-El honor es todo mío sargento, muchísimas gracias por la oportunidad, no le fallaré- contesta entusiasmado y baja a los vestidores para dejar algunas de sus cosas para posteriormente ir a aquel departamento que había alquilado desde San Francisco.

Al llegar a aquel lugar se acostó en la cama aún si creer lo que había pasado.

Lo logré... Es hora de impresionar a los nuevos jefes

Este se acostó no sin antes preparar sus cosas para el día de mañana.