Capítulo 1

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Cuando estas enamorado sabes perfectamente que no tienes ojos para nadie más, los chicos o chicas que están tras de ti dejan de importar y sólo te centras en una sola persona.
Le regalas tanta atención que en menos de una semana ya sabes su comida favorita, el color de sus ojos, los gestos que hace al hablar, el género de música que escucha, sus libros e historietas favoritas, el deporte que práctica. Entre otras cosas más.

No me dejaras mentir, suena un tanto acosador pero es inevitable no hacerlo.

Siempre fui la típica chica que no era ni tan invisible ni tan popular, era conocida pero no a tal punto de decir que todos querían conmigo solo por ser la popular, mi pequeña popularidad se debía al baloncesto.

Así es, desde que tengo memoria practico este deporte y fue gracias a este mismo que gane un poco de reconocimiento, sonara un tanto egocéntrico de mi parte, pero no se me da mal este deporte.

Y fue por ello que gane la pizca de fama en mi colegio.

Y te preguntarás, ¿qué tiene que ver el baloncesto con el amor?
Bien, aquí tengo tu respuesta.

El chico que me gusta es el capitán de la selección de basquet estudiantil de mi colegio, su nombre es Damian, es el principal motivo por el cual me he empeñado en practicar este deporte, el representa a los hombres mientras que yo a las mujeres.
Ambos nos encargamos de realizar los entrenamientos y las jugadas para los próximos torneos.

El chico a mis ojos era un dios, era el chico más apuesto que mis ojos hayan visto, y vaya que han visto a muchos chicos guapos.

Pero este no se comparaba con ningún otro, media aproximadamente un metro noventa, su mandíbula bien marcada, sus brazos marcados, no tan anchos ni tan delgados al igual que sus piernas, a simple vista parecía un chico que si se lo propusiese pudiese hasta ser modelo, ya que su perfil contaba con todas las características.

Sus ojos son como toda población, color ámbar, su cabello color caramelo y su piel pálida, siempre ha tenido un porte dominante y vaya que a mi me gustaba que me dominaran.

Es el mejor amigo de mi hermano mayor y para mi desgracia solo me veía como lo que era, la hermana de su mejor amigo.

No teníamos una relación de amistad, ha decir verdad, no interactuábamos, solo eramos compañeros de escuela y los capitanes del equipo de baloncesto y hasta ahí, solo nos hablábamos cuando era necesario hacerlo e intercambiábamos dos o tres palabras, él no entendía mi humor al igual que yo tampoco entendía el de él, eramos como una pieza de un rompecabezas que no encajaba.

Pero tu servidora se enamoro tan profundamente de este chico que no descansaría hasta que este se fijase en ella, nada es imposible para Madison.

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Me encontraba en una junta sobre el próximo torneo que habría, el director nos había citado ha Damian y a mi para organizar el evento.

—Chicos, asistirán nueve escuelas en el torneo, deben de entrenar mucho para que pasen a las estatales—hizo una pausa—Saben que en los torneos estatales hay muchos visores, ellos pueden seleccionar ha alguno de ustedes para jugar en la selección para representar el país, es una oportunidad magnífica, tienen que trabajar juntos, entrenar mixto, mujeres y hombres, así las mujeres tendrán mayor fuerza en el ataque y los hombres mayor agilidad. —Damian y yo intercambiamos miradas para después posar nuestra atención de nuevo en el director.

—¿Por qué quiere que sea mixto?—preguntó Damian.

Inevitablemente voltee a verlo, tenía su ceño ligeramente fruncido.

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2021 ⏰

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