El segundo ataque a Esthirant

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Campo de prisioneros, Patagonia

Dolbo estaba encadenado en una celda, los argentinos habían experimentado quien sabe que cosas con el, pronto unos guardias lo sujetaron para sacarlo de la celda.

Algunas veces les hacían ponerse unos polvos y cremas en la piel el cual a veces no hacia nada y en otras provocaba una gran irritación, otras veces les hacían tomar unas capsulas que calmaba el dolor sin embargo provocaba un fuerte dolor de estomago al tal punto que sentían que estaban a punto de morir, otras veces tenían que beber algo que les hacia recuperar la energía pero los dejaba días sin poder dormir, luego inyecciones en el que el peor (o mejor) de los casos les provocaba graves convulsiones para al final tener un infarto.

Si bien las raciones de comidas eran generosas para tratarse de prisioneros, no tardaron mucho en descubrir que la comida también estaba contaminada con lo que sean esas sustancias, teniendo un efecto variado en los prisioneros cada vez que comían: Unas veces les calmaban todo dolor y molestia en el cuerpo, otras veces los hacia relajarse demasiado y otras les provocaban fuertes nauseas y diarrea.

Sin embargo, todos los prisioneros temían ser llevados fuera del campo de prisioneros, de vez en cuando unos cientos eran seleccionados y llevados a algún lugar desconocido por medio de un vehículo el cual los argentinos llamaban camión. Los prisioneros palpadianos creían que iban a ser trasladados o ejecutados, sin embargo en ocasiones el camión regresaba con algunos a quienes se llevaron y...  regresaban completamente desfigurados y en su mayoría ciegos, al borde de la locura. Todos temían a los camiones de la muerte.

"De haber sabido que nos harían esto... habría sido mejor morir en el cambo de batalla." Pensaba Dolbo mientras era llevado detrás de uno de esos camiones.

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Imperio Palpadia, capital imperial Esthirant, mansión de Remille

"¡A-Agh!¡No!¡Alto!¡¡¡Altoooo!!!" Remille se despertó.

Remille estaba en su habitación, su respiración era entrecortada, todo su cuerpo estaba cubierto de sudor.

Después de la reunión con el embajador de Mu, había tenido la misma pesadilla en innumerables ocasiones, aquella donde el Ejercito de Argentina pisoteaba a todo el Imperio.

Cada rostro argentino que había sido ejecutado por orden suya estaba grabado en su mente.

"¡Tch!" Remille volvió a tumbarse en su cama boca abajo.

Ella realmente la había cagado, pensó que era por el bien del imperio, así que puso todo en su trabajo y siguió adelante. Sin embargo, el resultado de eso fue... Que la supervivencia del imperio, colgaba de un hilo.

Basado en lo que el embajador de mu había dicho.

-Argentina era mucho más fuerte que Mu, inclusive podrían ser más fuertes que el Sacro Imperio Mirishial.

-Existía la posibilidad de que la capital imperial fuera reducida a cenizas.

-Los aviones de combate de Argentina volaban más rápido que el sonido.

Pero ella no podía creerlo, no importaba qué, pero debido a las devastadoras bajas sufridas ante Argentina... Probablemente fuera cierto. Los aviones que podían superar la velocidad del sonido sonaban como algo que tendría el Antiguo Imperio Hechicero...

Si Argentina tuviera armas comparables a ese país mítico... Siendo realistas, Palpadia no tenia posibilidad alguna de vencer.

Remille pensó mucho en una forma de evitar la guerra.

Invocando a Argentina (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora