Falta de Comunicación

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Bajo el cielo estrellado, dentro de una habitación oscura, los gemidos de un adulto peli naranja llenaban el espacio.

—Ku-Kunigami, me vengo... —jadeó un rubio que no paraba de moverse en vaivén hacia él, o mejor dicho, dentro de él.

—Hazlo —pidió el embestido, para luego sentir un ultimo golpe superficial en su zona trasera mientras su interior era llenado con los líquidos de el que lo produjo.

Pasaron uno segundos y su compañero salió de él a la vez que trataba de calmar su respiración, Kunigami vio desde su lugar sus acciones y entendió que la sesión de esa noche había acabado.

—Me daré una ducha —cortó el silencio.

—Como quieras —contestó el otro, con su mano cogió un cigarrillo de la mesa de noche— ¿Qué tal estuve hoy?

—Genial... Como siempre —respondió acercándose al rubio— Lo encenderé por ti.

Tomó el encendedor de la mano ajena y tiró del rastrillo logrando encenderlo. Acercó el fuego hacia la boca contraria pero se detuvo antes de terminar el recorrido. El contrario acercó su boca pero el peli naranja retrocedió su mano. El rubio levantó la vista topándose con la mirada del más alto.

—Raichi... —habló—. No podremos vernos por un tiempo.

El nombrado se puso de pie sosteniendo la mirada contraria, se quitó el cigarrillo de la boca y con su mano libre dio unos suaves palmadas en el hombro del peli naranja.

—De acuerdo, compañero —sonrió.

El más alto le devolvió la sonrisa para acto seguido entrar al baño.

Se metió en la tina mientras abría el grifo dejando salir el agua tibia, en cuestión de segundos el agua comenzó a rodearlo. Aunque físicamente Kunigami se encontraba sumergido hasta el cuello, mentalmente no dejaba de darle vueltas al problema que llevaba teniendo el último tiempo.

—Otra vez, no sentí nada... —pensó—. Ni siquiera me preguntó si llegué.

El peli naranja suspiró tirando su cabeza hacia atrás, de tal forma que quedó viendo al techo. Cerró los ojos y trató de concentrarse en sus recuerdos, en aquellas noches que había compartido con el hombre detrás de la puerta. Sin abrir los ojos movió su mano hacia su miembro, tomándolo y empezando a frotarlo de arriba a abajo. Trataba de recordar las cosas que hacían, las cosas que sentía. Esa sensación de tener al mayor solo para él, sensación que se había perdido hace dos meses. 

Recordar la salvajez con la que el mayor se lo hizo en su primer encuentro fue suficiente para devolverlo a la realidad. Soltó un sonoro jadeo mientras apretaba su mano con fuerza, sintió como dejaba salir todo. Con su respiración entre cortada giró su mirada hacia la puerta, no parecía que el rubio lo hubiera oído. Volvió a girarse hacia su cuerpo y notó como el agua se contaminaba con su esencia.

—Me bañaré al llegar a casa —pensó mientras salía de la tina.

Cogió dos toallas, se envolvió una en la cintura mientras usaba la otra para secar su parte superior. Salió del baño y no encontró a su compañero. Lo buscó con la mirada hasta encontrarlo en el balcón. 

Se acercó unos pasos, el otro pareció oírlo y se giró en su dirección.

—El baño está listo —dijo el menor— Terminaré de vestirme y luego me iré.

—De  acuerdo. Te veo mañana en la oficina. Fue una gran noche.

Kunigami se limitó a asentir y se dio media vuelta.

Falta de Comunicación || Blue LockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora