Unión Escamosa.. (Leon x Tu).

14-Plan de la Serpiente...

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“¡Se puede saber! ¿¡Por qué tenían que hacer explotar el bendito edificio sobre mí!?” Exclamé con molestia, aunque debo admitir que debí sonar como un gallo ahogado porque realmente me fue difícil pronunciar de forma clara las palabras, digamos que la sangre acumulada me dificultó. “¡Los sentimos Jane, pero fue la única forma de terminar con esa horda!” Respondió Suigin, desde el cielo sosteniendo como podía a Sherry y a Namida, tks ¡me duele un mundo el estómago! Estas cabillas me lograron dejar inmóvil… Necesito parar el sangrado…

(…)

—(Minutos antes)—

“Entonces ¿Tenemos poderes? Por así decirlo” preguntó la agente mirando curiosa la pieza de joyería que le di, “Temporalmente sí pero, no los usen en exceso” dije con tranquilidad… Desde que les dimos los amuletos a los dos humanos ha estado algo inquieto el camino, no pasaron ni cinco minutos desde que hicimos la pausa, cuando cruzamos aquella puerta justamente pasaban muchos J’avos, que no tardaron en percatarse de nuestra presencia y nos empezaron a disparar sin cesar Namida, se colocó al frente nuestro esquivando por milagros algunas balas y haciendo una pose con sus manos, rápidamente las llevó al suelo y al instante un gran pedazo rocoso de éste nos cubrió de las ráfagas mortales y, a su vez agrietando sin querer las paredes del estrecho pasillo del callejón, “hablando de peligros ¡No pasó tanto y ya estamos de nuevo en un tiroteo!” Exclamé cascarrabias cubriéndome de espaldas sobre la gran roca, miré fugazmente a Sherry y recordé las habilidades prodigiosas que obtuvo gracias a su Čråpkælly y, claro; unas de sus tantas fortalezas es la manipulación completa del aire y de la energía misma  “¡Sherry, usa un ataque directo de viento cortante para acabar con todos esos J’avos!” Ordené mirándola con seriedad a los ojos apretando un poco mis dientes “¡¿Qué? ¿Cómo puedo hacer eso?!” Preguntó confundida en lo que guardaba su arma devolviéndome una fija y preocupante mirada, el pelirrojo hizo lo mismo ante mi petición “¡Es fácil manipular un amuleto, sólo deben visualizar un ataque potente o algún poder defensivo en su mente, cierra los ojos e imagina como una ráfaga de aire corta en dos a los J’avos de enfrente!” Expliqué mirándolos a los dos con más confianza. “¡No sé si pueda seguir manteniendo esta roca!” Recitó Namida, con algo de cansancio, por más extraño que parezca, estos J’avos tienen algo en esas balas; porque están rompiendo con menos dificultad nuestra defensa natural “¡No estoy segura de lograrlo!” Habló la rubia nerviosa mirando el anillo que poseía.

Narradora Omnisciente: 


La pieza de joyería posó su mirada en su portadora y comenzó a brillar con estelas azules y blanquecinas alrededor de sus manos, Sherry se sorprendió del hermoso brillo que brindaba su amuleto… Ella se exaltó un poco y se sentía rara, tenía la sensación de que algo recorría todo su cuerpo, era como un escalofrío y un fuerte hormigueo pero, que no lastimaba, ella pensó más en lo que dijo la guardiana y tomó aire antes de cerrar sus ojos y comenzar a visualizar lo que iba hacer…


El ojo disminuyó el grosor de su pupila y brilló con mucha más intensidad, el cabello de la rubia empezó alborotarse y ponerse algo ¿Estático? Todos notaron como el viento del ambiente se hacía frío y la brisa se movía abruptamente hacia delante como una ola. Lo último que se supo fue que los disparos se terminaron y gritos ahogados se hicieron presentes junto al extraño sonido de la desintegración inmediata de los J’avos, justo en ese momento la gran roca se deshizo en trozos considerables pero dejando la vía libre Sherry, volvió abrir sus ojos y el anillo se opacó de su brillo sobrenatural agrandando un poco el grosor natural de la pupila elíptica, ella suspiró con un poco de pesadez tambaleándose un poco Jake, sostuvo su brazo para evitar que se cayera “¿Estás bien?” Preguntó el pelirrojo a la chica mostrando un poco de preocupación “Si… Sólo sentí un pequeño mareo” Respondió recuperando la compostura “Es normal en las primeras veces, otra cosa que olvidé mencionar es que necesitan su fortaleza vital para usar los dones de sus amuletos. Dependiendo de lo que quieran usar tanto ataque como defensa llevará un costó de su espiritualidad.” Recitó la guardiana de la serpiente, sacudiendo un poco su ropa por el polvo que causó la roca, Namida, se apoyó por unos momentos en la pared inhalando y exhalando de forma pausada. “Algo no cuadra aquí…” Comentó ella en voz baja, pero todos pudieron escucharla. “¿Qué no cuadra?” Preguntó Jake, soltando discretamente el brazo de Sherry…


“No es casualidad algunos sucesos y ataques sobrenaturales, hemos luchado varias décadas aquí. Y no había tantas emboscadas de Yokais, ålycrånns casi que seguidas. Y también, estos seres se logran combinar, alimentar o alterar a los J’avos cómo si nada” Enunció pensativa manteniendo un gesto no muy contento por lo que mencionaba “¿Qué quieres decir con eso Namida?” Preguntó la rubia igual de preocupada que ya el resto. Suigin y Karui no tuvieron buena cara por lo que dijo su compañera “Alguien debe estar atrayendo y manejando bastantes criaturas malignas con fines de poder. Estaría usando a demonios como títeres” Recitó Daku, estando sombría. “Podría ser, pero ¿Quién o qué lo está haciendo?” Prosiguió Suigin. De tantas dudas Jane, hizo la seña de seguir avanzando, el silencio volvió a inundar el ambiente. Cuando seguían avanzando Suigin, abrió sus ojos como platos al ver lo que yacía más adelante, ella se detuvo en seco pero algo en silencio y levantó su brazo derecho señalando que se detuvieran “¡Un Krâbbel, escóndanse!” Exclamó en voz baja, las guardianas y los agentes rápidamente se cubrieron detrás de varias estructuras sin hacer ruido, las chicas se estremecieron un poco al escuchar el gruñido chocante como si alguien arañara un pedazo de metal. Suigin se asomó un poco y confirmó lo que temía. Adelante habían varias criaturas cuadrúpedas de pelaje oscuro, garras afiladas y con un cráneo sobresaliente, su cara completamente de hueso descubierto; de una gran boca y tres orificios que estaban ocupados por tres ojos rojos como la sangre, sobre la cabeza cuatro cuernos mantenían de manera magnética una gran gema roja flotando. “¿¡Qué es esa cosa!?” recitó en voz baja Sherry a Suigin que estaba a su lado…